Un total de 50 empresas han vuelto a instalar en Catalunya su sede social después de que la hubieran trasladado entre 2017 y 2018, según datos del estudio de Informa B&D. Así lo ha asegurado la presidenta de Fepime, Maria Helena de Felipe, y su secretario general, César Sánchez, en la presentación del IV informe de la situación económica y laboral de la pyme catalana, y han destacado que estos datos suponen un "cambio de tendencia".
Sin embargo, los ponentes aseguran que el saldo sigue siendo negativo, ya que en la primera mitad de este 2019 un total de 440 empresas trasladaron su sede fuera de Catalunya, mientras que entraron en la comunidad 324, dejando un saldo negativo de 116 empresas.
De Felipe ha puesto en valor que, aunque el saldo sigue siendo negativo, es muy inferior al registrado en el primer semestre del 2018, cuando fue de 2.072 empresas: "Se ha revertido la tendencia y este es un mensaje de confianza para los mercados. Son datos esperanzadores y creo que más empresas irán volviendo".
La mal llamada fuga de sedes de Catalunya, que se dio a raíz de las presiones del Ministerio de Hacienda después del referéndum del 1-O del 2017, benefició principalmente a la comunidad de Madrid y el País Valencià. En Catalunya se tradujo en saldos de ventas negativos de 27.778,52 millones de euros en el 2017 y de 14.878,5 millones en el 2018, según el estudio.
Por su parte, Sánchez ha destacado que Catalunya ha registrado el mayor saldo positivo de ventas del conjunto de España, con 1.048,8 millones de euros, lo que se explica por el retorno de empresas a la comunidad catalana, entre las cuales destacan dos compañías del grupo petrolífero GM Fuel, con un volumen de negocio anual de más de 700 millones de euros: "Eso ha disparado las ventas", ha aseverado.
Personal cualificado y financiación
Unas de las principales preocupaciones de las pymes es la falta de mano de obra cualificada, a lo que se añade la dificultad de las pymes más pequeñas para retener el talento. En este sentido, "nos faltan programas de formación. Si no los tenemos, las pymes nunca podrán ser competitivas", ha afirmado De Felipe.
En concreto, con respecto a 2014, la preocupación de no encontrar personal cualificado ha crecido un 267% en las microempresas, 343% en la pequeña empresa y un 335% en las empresas de más de 50 trabajadores. Con respecto al acceso a la financiación, la patronal ha indicado que las operaciones de crédito nuevo en empresas cayeron un 6,32% este último año con respecto a 2018 en las operaciones de menos de 250.000 euros –atribuidas a las empresas más pequeñas–, un 1% en las operaciones de 250.000 a un millón, y crecieron un 35,69% en las operaciones superiores al millón.
"No queremos subvenciones, pero sí incentivos económicos y reducciones impositivas para que podamos asumir los costes de una estrategia de comercio transfronterizo y para el lanzamiento de nuestros productos y servicios", ha sostenido De Felipe.