El grupo Codorniu ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a 79 trabajadores de varias sedes de la firma. Según ha adelantado La Vanguardia y han confirmado fuentes sindicales a la ACN, la gran cavista prevé despedir a 43 personas del centro de producción de Sant Sadurní d'Anoia, 10 de la bodega Raimat de Lleida y 26 de las oficinas de Esplugues de Llobregat. Al mismo tiempo, la dirección trasladará hacia Sant Sadurní a los 91 trabajadores restantes de Esplugues, con previsión de cerrar estas oficinas. La reestructuración llega nueve meses después de que el fondo norte americano Carlyle comprara la mayoría de acciones de Codorniu y cuando hace menos de dos años del primer ERE de la empresa.
La compañía enmarca los despidos en un plan estratégico para "recuperar el crecimiento histórico" de la firma, "ganando eficiencia y donante solidez en las áreas de negocio de más valor". En un comunicado emitido este martes, el grupo Codorniu recuerda que a finales del 2018 se fusionó con las marcas de Gleva Cellars, de manera que la empresa engloba ahora 17 bodegas centenarias y eso supone "un nuevo punto de partida de un proyecto orientado a concentrar esfuerzos".
Codorniu subraya que el conjunto de la firma lo forman ahora más de 700 trabajadores y justifica el ERE por la "necesidad de reajustar todas las áreas de negocio". Está en este escenario que sitúa los despidos y el cierre de las oficinas de Cuevas para llevarlas a Sant Sadurní. "El traslado permitirá aprovechar las sinergias de todos los departamentos para conseguir una visión transversal del negocio, agilizar la toma de decisiones y potencial el trabajo en equipo", añade el comunicado, donde la dirección se compromete a hacer los cambios "de forma socialmente responsable".
Los trabajadores, "en choque"
A su vez, el presidente del comité de empresa, Antonio Cruces, ha asegurado a la ACN que el anuncio del nuevo ERE les ha dejado "en choque" y atribuye esta reestructuración a "la mala gestión del equipo directivo saliente". Después de que la compañía justificara un ERE de 71 personas en el 2017 por el abandono de la producción para marcas blancas, Cruces ha asegurado que "se demuestra que aquello fue un error".
"Si aquel ERE fue duro, este todavía lo será más", ha añadido, remarcando que el nuevo expediente afecta al 25% de los 317 empleados de la plantilla de las bodegas históricas -sin contar la fusión con Gleva Cellars-. El comité recibió la noticia del plan de reestructuración ayer lunes al mediodía y apuntan que justo se están organizando para negociar con la compañía y garantizar que las salidas de los despedidos sean el menos traumáticas posible".
Por ahora todavía no se ha concretado la fecha del primer encuentro entre la dirección y los trabajadores para plantear las condiciones de los despidos, y el comité prefiere reunirse con la compañía antes de anunciar posibles movilizaciones. "Lo más sensato es esperar a ver qué explican y qué ofrecen", ha apuntado a Antonio Cruces, que" no descarta "hacer ruido si las condiciones no son aceptables".
La Generalitat dice la suya
El conseller de Trabajo, Chakir El Homrani, ha explicado este martes en una entrevista en Catalunya Radio que el ERE todavía no se ha presentado oficialmente al Departamento pero ha adelantado que desde la Generalitat se trabajará "mano a mano con la empresa y trabajadores para buscar una solución que no sea traumática".
"Lo más importante es asegurar continuidad de la actividad y que esté bien justificado", ha añadido el conseller, que ha criticado que con la última forma laboral se eliminara la autorización administrativa. "Cuando tenías que autorizar o no, es muy diferente porque los motivos tienen que ser mucho más claros", ha subrayado.