El ahorro energético llega a todas partes, incluso, en los interioristas, diseñadores y arquitectos. Como consecuencia de la crisis derivada de la guerra de Ucrania, toma bastante la figura del iluminador. La Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación (APDI) es una plataforma que busca fomentar la profesión del diseño de iluminación, estableciendo criterio y responsabilidad profesional, para mejorar la iluminación de nuestro entorno y nuestras ciudades y alcanzar la óptima expresión del diseño arquitectónico, además del adecuado empleo de los recursos energéticos y el bienestar de los usuarios.

ElNacional.cat ha hablado con José Luis Tobalina, coordinador de APDI, para poner en práctica esta manera de concebir entornos con luz suficiente para ser efectivos, pero minimizando costes: "De entrada, hay que entender que nuestra función no se basa tanto en el producto final, sino en cómo concebimos el espacio". Los diseñadores de iluminación son personas que vienen de ámbitos bien diversos que reclaman, a través de este asociación sin ánimo de lucro, reconocer su figura. "En el conjunto de España es una figura emergente, pero si vamos al norte de Europa o los Estados Unidos, hay un gran interés y son países pioneros en el éxito de este concepto que proponemos". Así pues, más allá de centrarse en el recibo personal del hogar de cada uno, tener en cuenta este aspecto es muy útil en una mayoría de ámbitos: públicos y privados. Algunos de los socios de esta organización han liderado el Plan Director de Iluminación de Barcelona, la nueva reforma del Museo Guggenheim de Bilbao, el Hotel W Barcelona o el Plan Director de Iluminación del Paisaje de Luz Madrid aprobado recientemente.

José Luis Tobalina, coordinador de APDI

¿Y después del led, qué?

¿A grandes rasgos, cuál es el reto más inmediato que tiene este terreno para hacer frente a una crisis energética? "El momento que estamos viviendo tiene una parte buena, que lo acelera todo, pero también una parte mala, que las prisas nos pueden hacer trabajar con más errores que aciertos," sentencia Tobalina. ¿A qué se refiere? "Actualmente, tenemos la suerte de que la tecnología ha provocado un salto importante en el terreno del ahorro gracias a los leds. Con ellos, reducimos el consumo en un 60% y 85%, dependiendo de los casos, a la bombilla tradicional. ¿Ahora bien, después del led qué vendrá? El problema es que no tenemos un plande ahorro sigu iente, no experimentaremos un salto tecnológico en dos o tres años, por eso hay que trabajar en alternativas inmediatas que pasan por iluminar mejor o saber más".

En este sentido, hay que tener en cuenta que, aparte de la iluminación, el problema del consumo actual energético también se debe a ciertos electrodomésticos que todavía no han sufrido la transformación necesaria que se les exige. "Con el led, consumimos 4 o 6 vatios (W) de las antiguas bombillas. Ahora bien, con una plancha se te dispara a 1.500W que equivale a 200 bombillas de las antiguas". Aquí también hace falta un cambio.

"No tenemos que poner luz donde no hace falta"

Desde de APDI defienden la contratación de un profesional en iluminación y aseguran que el coste de esta inversión se tiene que medir en función de cómo esté concebida la anterior instalación. "No tenemos que poner luz donde no hace falta. Y eso nos lo encontramos en el ámbito público y privado. Por ejemplo, las calles en España están diez veces más iluminadas que los de Alemania, no es necesario". Tobalina explica que en el caso español, los habitantes tienen acostumbradas sus pupilas a un nivel muy alto de luz y este tipo de "tradición" también se refleja en el momento de concebir las calles. "El ojo humano es muy adaptable, por lo tanto no hay que sobreiluminarlo todo". El mismo pasa con las tiendas donde el exceso, comparativamente con el resto de Europa, es mucho alto. Otro aspecto que puede ayudar al recortar el coste final es a través de la domótica: controlar la iluminación por sistema. "Los detectores de presencia en almacenes, baños, entre otros, es muy útil. También se apuesta, en los últimos tiempos, por detectores de luz natural y eso hace que no se enciendan si no es necesario. Sobre todo en el ámbito del trabajo funciona muy bien".

Si entramos en el capítulo de los hogares, el coste para pagar uno iluminador es demasiado elevado para los bolsillos de la mayoría de la ciudadanía. No obstante, hay aspectos que nos pueden ser útiles. Hemos dividido las propuestas por espacios:

- Comedor: "Estoy absolutamente en contra de las luces de buey, los tradicionales ojos de buey no son la mejor de las soluciones en muchos casos", afirma Tobalina que pone matices. "La tendencia actual se basa al evitar la sobreiluminación desde el techo. Precisamente, en un comedor, está donde estamos conectados en pantallas como puede ser la televisión, pero también una mesilla de ordenador o un móvil. Una luz de buey nos provoca un reflejo inadecuado y la tendencia es colocar, pero pocos y bien pensados. La vida ha cambiado. Con respecto a la mesa grande del comedor, hay que tener en cuenta el siguiente: "Una lámpara suspendida de 360 grados y transparente puede dispersar la luz. En cambio, una opaca, por ejemplo metálica, puede concentrar la luz encima de la mesa y no malgastamos este recurso, nos permite bajar la potencia instalada".

Arquitectura: AGi Architects / Iluminación: elbazgildemontes
​Foto: Imagen Subliminal

- Cocina: en una cocina, estos pueden tener una presencia más justificada, aunque no tienen que ser los predominantes. Por Tobalina es más interesante las hileras de luces que ayudan a "evitar sombras y resultan mucho más importantes que los del techo. Estas son totalmente secundarias y nos pueden ayudar en tareas no prioritarias en este espacio como es limpiar y barrer el espacio".

- Habitaciones: "Tenemos que replantearnos si las luces de la mesilla de noche son o no imprescindibles". Y en esta afirmación, justifica que una lámapra pequeña con una pantalla de ropa y en forma de globo no dirige la luz hacia el libro o el elemento concreto que necesitamos iluminar. Además, "molestas el otro si compartes la cama". Por eso, recomienda una luz bien dirigida y que ayude a estar rodeado de oscuridad ya que la habitación se relaciona con una baja del biorritmo físico de las personas después de una larga jornada.

- Pasillo: en este caso, la iluminación depende mucho de su anchura. "Se puede aprovechar un punto de luz para un cuadro, una estantería, pero con una luz más baja". Además, también recomienda instalar detectores de presencia para ahorrar un exceso de consumo energético.

Arquitectura: Garcés, De Seta, Bonet Aquitectes / Iluminación: La Invisible
​Foto: Adrià Goula

- Baño: se tienen que distinguir dos funciones: el momento de la ducha y el del espejo donde uno o una se tiene que ver para afeitarse, peinarse o maquillarse. "Desde el lado de los espejos, es interesante apostar por una luz tipo camerino". ¿En este ámbito también es importante tener en cuenta la temperatura de los colores, fría o cálida? "Los lavabos pueden tener luces neutras, aunque la evolución cromática de este espacio en los últimos tiempos resulta muy interesante".

Fotografía de portada: el interiorismo y la iluminación corresponde a Yolanda Gutiérrez