El inicio del desconfinamiento por el coronavirus decretado por el gobierno francés que permite a los ciudadanos moverse a una distancia de 100 kilómetros de casa ha provocado, este lunes, colas kilométricas y un aluvión de compradores en la localidad fronteriza de El Pertús.
La policía ha montado un cordón policial para regular el acceso a los comercios del lado ampurdanés mientras que los compradores franceses hacen cola en el otro lado de calle, en territorio norcatalán (porque la frontera separa una acera de la otra).
Muchos clientes llevan mascarilla pero, mientras esperan poder atravesar la calle e ir a comprar a los estancos o los supermercados, no se respetan las distancias de seguridad. "Intentamos poner orden como podemos", ha afirmado uno de los comerciantes.
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