La vicepresidenta española, Nadia Calviño, ha defendido que la "respuesta europea a la crisis del coronavirus" no puede acabar provocando que algunos estados como España e Italia generen "una proporción más elevada de deuda" con respecto a los socios europeos con más facilidades financieras para ayudar a su economía.
De cara a la cumbre europea sobre la crisis del coronavirus del jueves, Calviño defiende en una entrevista en el Financial Times que hay que hacer transferencias directas y no préstamos a los gobiernos con más dificultades 'con el fin de preservar el mercado interno de la Unión Europea y evitar la competencia desleal'. Calviño alerta de que la flexibilización de las ayudas de estado en la UE puede llevar a un desequilibrio interno de la economía europea. "No puede ser que algunos países europeos puedan dar apoyo a sus economías con más generosidad que otros", apunta.
Las negociaciones del Eurogrupo
La propuesta del Gobierno en este sentido en este caso también la ha reivindicado Calviño y pasa para crear un fondo de recuperación de un billón y medio euros financiados con deuda perpetua de que pueda compensar las desigualdades entre estados de la Unión Europea.
De hecho, los ministros de finanzas de la zona euro llegaron a un principio de acuerdo para la creación de un fondo de recuperación, aunque no determinaron ni el alcance ni la naturaleza de lo mismo, y será uno de los temas que los líderes de la UE debatirán este jueves. En este sentido, muchos países de Norte se muestran partidarios de proporcionar préstamos a sus socios en dificultades en vez de levantar deuda y proporcionar ayudas a través de transferencias directas o subvenciones.
A este respecto, Calviño afirma que el acuerdo del Eurogrupo sobre un paquete de medidas paliativas de 500.000 millones de euros es "bienvenido, pero claramente insuficiente" y defensa que el fondo de recuperación tendrá que tener un volumen "apropiado", que el Gobierno sitúa entre 1 y 1,5 billones de euros, que se financiaría con deuda perpetua emitida por instituciones europeas y se pagaría mediante la creación de nuevos impuestos europeos.
Asimismo, la vicepresidenta tercera señala que España no tiene intención de recurrir al MEDE, ya que puede financiarse en condiciones "muy favorables" en los mercados, pero subraya que "no se trata sólo de la capacidad financiera, se trata de proporcionar una respuesta europea a la crisis".
Así, Calviño defiende la necesidad que la intervención del Banco Central Europeo (BCE) sea complementada desde el frente fiscal y subraya la importancia de avanzar en este segundo pilar de la Unión Económica y Monetaria con herramientas fiscales comunas, "cosa que no sólo se refiere a emitir deuda común o la creación de un fondo de recuperación, sino también a la armonización de impuestos".