El devastador informe del FMI, que prevé una caída del 8% del PIB español y que el paro en el Estado ascienda hasta el 20,8% por el coronavirus, no ha gustado al Ejecutivo, que no ha tardado en menospreciarlo. La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha dicho que es "prematuro" hacer estimaciones del impacto que tendrá la crisis del coronavirus en la economía española y ha afirmado que el informe es "muy precoz y preliminar", a la vez que ha remarcado que "hace falta más tiempo para ver la profundidad" de las consecuencias.
La ministra ha constatado que el FMI apunta a "caídas muy importantes", del 8% del PIB en 2020, y ha destacado que la previsión para España se sitúa "en unos entornos bastante similares" a los de los países del entorno. "Quizás la única luz que aparece es el crecimiento proyectado para el próximo año, de sobre el 4%", ha dicho Montero durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes.
La portavoz ha insistido en que "es un análisis preliminar" y ha afirmado que "todavía es pronto" para estimar el impacto económico del coronavirus. Al mismo tiempo, Montero ha apuntado que "no hay simetría" entre países porque algunos se han visto afectados antes por el coronavirus y, por lo tanto, según ella, "todavía no es equiparable", ha criticado.
El informe
El informe en cuestión apunta a que el PIB de la zona euro se contraerá un 7,5% este año, y calcula que, de entre las cuatro economías más importantes de esta área, Italia es la que registrará una contracción mayor, ya que alcanzará el 9,1%; seguida de España, con una caída del 8%; Francia, con un 7,2%; y Alemania, con un 7%, en lo que suponen cifras no vistas en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, hace justo tres meses, el organismo vaticinaba un crecimiento del 1,6% de la economía española para este año y del 1,3% para el conjunto de la zona euro. Asimismo, el Fondo prevé que la tasa de paro pase del 14,7% con el que cerró en 2019 al 20,8% al término de este año.
No obstante, el FMI reconoce el "elevado nivel de incertidumbre" y apunta a que el escenario base, que prevé que la pandemia empiece a desaparecer en la segunda mitad del año, podría empeorar.