La crisis de la Covid está aumentando la presión sobre la financiación de las pensiones, tal y como ha advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en un informe presentado este lunes.
The #COVID19 crisis has compounded the challenges facing retirement savings and old-age pension arrangements ➕ added new ones, increasing the risk that many people may be unable to save enough for #retirement.
— OECD ➡️ Better policies for better lives (@OECD) December 7, 2020
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Las pensiones ya se encontraban en una situación complicada antes de la pandemia, que ahora se ha visto agravada por el exceso de gastos ocasionados por la lucha contra el Covid y una economía en recesión que dificulta la obtención de ingresos.
En este contexto, el Gobierno aprobó a mediados de noviembre un nuevo acuerdo sobre la reforma de pensiones que rechaza un sistema por capitalización, que la portavoz socialista Mercé Perea dijo que se habría tratado de uno "reforma neoliberal".
Impacto de la pandemia
El sistema de reparto vigente del sistema de pensiones español supone que las pensiones son pagadas con las cotizaciones de los trabajadores actuales. En el caso español, el envejecimiento de la población supone un reto a la hora de financiar las pensiones, ya que se cuenta con menos trabajadores en activo en el mercado laboral para financiar pensiones cada vez más numerosas.
En este contexto de pirámide poblacional invertida, la crisis de la Covid ha empeorado aún más la situación. "La covid-19 ha provocado una fuerte perturbación de los mercados laborales, con efectos en cascada en los ahorros para la jubilación y en las pensiones", explica la OCDE en el informe.
La economía en recesión ha provocado mayores dificultades para encontrar empleo o mantenerlo, y muchas veces con bajas remuneraciones, hecho que supone ingresos menores para financiar los gastos crecientes que debe enfrentar el estado y que tienen un impacto directo en el bienestar y derechos de los ciudadanos.
Además, la lucha contra la pandemia ha supuesto una deuda mayor, a raíz de un mayor gasto sanitario y por el pago de los ERTE. En este contexto, la Unión Europea decidió no mantener los objetivos fiscales que los Estados miembros deben cumplir en principio si no quieren enfrentarse a sanciones.
Impacto según el sistema de pensiones
"En las pensiones por reparto, la covid va a tener un impacto muy fuerte, pero ese impacto es para mañana, no para hoy", ha explicado Pablo Antolín, jefe del equipo que ha dirigido el estudio. En este sentido, el Estado estaría amortiguando la pérdida de ingresos para financiar las pensiones con deuda pública, aunque no se sabe cómo se afrontará esa cuestión a medio y largo plazo. De todas maneras, algunos pensionistas ya están sufriendo esta situación de deuda creciente: 75.000 pensionistas españoles habrían visto su pensión reducida a finales de noviembre a casa de las crecientes deudas tributarias del Estado.
Sin embargo, el impacto sería aún más inmediato en el caso de un sistema por capitalización, según Antolín. Este tipo de sistema concibe que la pensión de cada contribuyente depende de las cotizaciones que hace durante su vida laboral. Así pues, en este caso existe un fondo donde se guardan las aportaciones de cada contribuyente para generar las futuras prestaciones.
El impacto inmediato vendría dado por las fuertes fluctuaciones de los mercados financieros en los que están invertidos en gran medida los ahorros para la jubilación. La primera gran recomendación en esos casos, explica Antolín, es que "no se materialicen las pérdidas" porque los mercados se caracterizan muchas veces, por esas marcadas variaciones.
La prueba es que en el primer trimestre de este año los activos de los fondos de pensiones se depreciaron un 10 % en la OCDE a causa sobre todo del hundimiento de los mercados financieros, y pasaron de representar 49,2 billones de dólares al terminar 2019 a 44,3 billones a finales de marzo. Sin embargo, a finales del tercer trimestre, la recuperación ya había permitido volver a niveles pre crisis.
La OCDE destaca que en la última crisis financiera global se tardó dos años en recuperar el nivel que había en 2007, antes de que estallara la última gran crisis económica a nivel global.