Seguro que todo el mundo recuerda una de las imágenes más repetidas en los primeros días del estallido de la pandemia: la gente volviéndose loca en los supermercados comprando una cantidad exagerada de papel de váter. Muchos establecimientos se vaciaron de productos por el miedo que la gente le tenía a las consecuencias de la covid; y pasó sobre todo con el papel higiénico. Más tarde todo el mundo vio que no había motivos para sufrir: los productos siguieron llegando al supermercado con normalidad y no hubo desabastecimiento de papel váter. Pues ahora le ha tocado al aceite de girasol. Porque Ucrania es un gran exportador y, de hecho, el Estado español importa una cantidad enorme de este producto.
El caso es que algunos supermercados se han visto con la obligación de tomar medidas, y dosifican su venta. En el caso de Mercadona, la compra de aceite de girasol está restringida a cinco litros por cliente y día, y también se ha racionado la venta de semillas con la finalidad de "garantizar un uso normal de estos productos". En Consum, la compra de aceite de girasol se reduce a una botella por cliente. En los supermercados Bonpreu también están dosificando la compra de este tipo de aceite a un máximo de cuatro botellas o garrafas por persona. Y en la cadena Makro –que vende a empresas y que es uno de los grandes proveedores de la hostelería- también se restringe la compra a una botella de aceite de girasol por cliente y día.
La señal de alarma la dio el viernes pasado la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), que agrupa el 75% de la cadena de distribución alimentaria. ASEDAS reconoció que algunas empresas estaban adoptando "medidas de limitación" de venta de aceite de girasol ante el "comportamiento atípico" del consumidor en las últimas horas. Ahora bien, también hay que señalar que esta misma asociación aseguró que no había ninguna necesidad de entrar en pánico. El aceite de girasol seguirá llegando sin problema a los supermercados españoles porque hay muchos otros países que exportan. Y de hecho, el Estado español también produce. También es cierto, sin embargo, que el 70% del aceite de girasol que el Estado español importa proviene de Ucrania y buena parte se destina al sector agrícola, la hostelería o la industria conservera y del pescado.
En las redes sociales empezaron a aparecer varias fotografías de lineales de supermercados vacíos de botellas de girasol. "La demanda anómala afecta a un número muy limitado de productos relacionados con el aceite de girasol procedente de Ucrania y existen alternativas tanto de origen como de producto", quiso dejar claro ASEDAS. También recordó que España es el primer productor mundial en diversas de las familias de productos de grasas de origen vegetal. "La cadena alimenticia española es extraordinariamente eficiente y tiene la capacidad suficiente para proveer el mercado de este producto", concluyó la entidad, que reúne más de 19.000 tiendas y supermercados y unos 282.600 trabajadores.