El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido modificar sus tipos de interés por primera vez desde 2016 recortando 10 puntos básicos al tipo de facilidad de depósito, hasta situarlo en el -0,5%, mientras ha dejado el tipo de interés de referencia en el 0% y el de facilidad de préstamo en el 0,25%.
Esta bajada de facilidad de depósito quiere decir que el BCE cobrará más a los bancos para guardarlo el dinero, con el objetivo de provocar que las entidades financieras presten más dinero para estimular la economía en vez de mantenerlo en Fráncfort inmóvil. Con todo, el organismo ha informado hoy después de la reunión del Consejo de Gobierno que aplicará un sistema de dos tramos "para dar apoyo al mecanismo de transmisión de la política monetaria".
Asimismo, la autoridad monetaria también ha anunciado que reanuda las compras netas de activos, por valor de 20.000 millones de euros en el mes a partir del 1 de noviembre por un periodo indeterminado. El Banco Central Europeo (BCE) ha acordado también medidas para mitigar los efectos que tienen en las cuentas de resultados de los bancos las tasas de interés negativas y no les cobrará por el exceso de reservas hasta determinada cantidad.
El BCE prevé una "desaceleración prolongada"
El BCE prevé una "desaceleración prolongada" en la zona euro. Según ha explicado Draghi, las medidas anunciadas responden a tres factores detectados por el BCE: una desaceleración "más marcada de lo que se esperaba", unas expectativas de inflación a la baja y la persistencia de riesgos geopolíticos y de una guerra comercial. "Es el momento que la política fiscal se haga cargo", ha dicho Draghi.
El presidente del BCE ha apuntado que tanto la economía como la inflación estarán por debajo de lo que se preveía. Ahora, el BCE prevé un crecimiento del 1,1% este año, una décima menos del esperado. Para el 2020, la previsión es que el crecimiento sea del 1,2%, dos décimas por debajo del 1,4% que se esperaba.
A pesar de indicar que la probabilidad de una recesión en la zona euro es "pequeña", Draghi ha dicho que ahora "ha crecido". En el caso de Alemania, el presidente del BCE ha dicho que se tienen que tomar "decisiones efectivas y oportunas" ante los avisos de una posible recesión y ha instado al gobierno alemán a gastar más para combatir una recesión.
Para combatir la "debilidad prolongada" en la cual se verá expuesta la zona euro, Draghi ha pedido a los gobiernos de los estados que incrementen el gasto con el objetivo de estimular la economía. Sobre los "efectos secundarios" que puedan tener las medidas, Draghi ha asegurado que "están siguiendo de cerca todos los efectos".