Los miembros del Col·legi d'Economistes de Catalunya (CEC) confían muy poco en el efecto que tendrán los fondos europeos Next Generation en el tejido productivo catalán. Según la Encuesta de Situación Económica de primavera de 2022 del CEC, el 60,9% de los 900 encuestados tienen "poca o ninguna" confianza en la repercusión que tendrán estos recursos sobre las empresas y la economía catalana. Además, los mismos economistas ponen solo un 5,01 a la "confianza" en que tienen en la situación del país, lo que supone un empeoramiento de una décima con respecto a la visión que tenían en febrero. Asimismo, también baja dos décimas su opinión sobre la economía española, que suspende con un 4,95 sobre 10.
Los resultados de la última encuesta trienal del Colegio muestran un frenazo de la tendencia positiva iniciada en verano pasado. De hecho, es la primera vez que empeoran las perspectivas sobre el futuro de la economía entre los economistas catalanes desde el inicio la vacunación y la retirada de las restricciones contra la Covid. Tal como ha destacado el decano del Colegio, Carles Puig de Travy, durante la presentación del informe, hay una notable diversidad según el sector al cual se pregunta. Así, mientras que al sector servicios existe una sensación de remontamiento, la opinión es más pesimista en otros ámbitos de la economía. "La industria es muy pesimista. No ven el efecto de las ayudas y están sufriendo la inflación y el aumento de costes", ha destacado Puig de Travy.
Esta división se ve a los datos de la encuesta, que muestra una fuerte división entre los economistas catalanes. De hecho, hay una elevada paridad entre los encuestados que creen que la situación es hoy "mejor" de lo que hace un año (40,4% de total) y los que opinan que es "peor" (37,2%). En febrero, en la encuesta hecha justo antes de la invasión de Ucrania ganaban ampliamente los optimistas, que sumaban casi el 60% del total. Según el análisis de la encuesta hecha por Puig y por el economista Xavier Segura, entre los sectores económicos se nota una mejora de la coyuntura económica que contrasta con el temor causado por la guerra, la escalada de precios y el cambio en las políticas monetarias. "Hay recuperación, evidentemente Estamos mejor, es un dato, pero hay sombras que la pueden hacer ralentizar", ha destacado Puig antes de pedir hacer un esfuerzo por reducir la atención constante a los asuntos de índole política. "Tenemos que favorecer el crecimiento e intentar resolver los retos que tenemos en frente, que son muchos," ha apuntado.
En términos históricos el estudio muestra que, generalmente, los economistas no han puesto nunca una nota superior al 6,06 desde el 2002. Asimismo, ha habido dos etapas de fuerte pesimismo: en el 2007, con el estallido de la burbuja inmobiliaria, y en el 2020, con la pandemia. El patrón constata que después de las crisis hay caídas drásticas, seguidas de remontamientos acelerados y etapas de estabilización. El final de la pandemia de coronavirus ha cambiado radicalmente los riesgos que los encuestados ven por|para la economía catalana. Así, en seis meses la Covid ha caído del segundo en el noveno lugar (del 32% al 6,4% de las respuestas). Asimismo, se dispara la preocupación por el precio del gas, el petróleo y las materias primas (del 36,1 al 60,6%) y la inflación, que aparece con un 55,4%.
En menor medida los economistas se muestran alerta por asuntos como el déficit fiscal (34,5%), el precio de la luz (30,5%) o la situación política (29,8%). También destaca la atención a temas como la falta de "reformas estructurales" la situación de las infraestructuras y, a cierta distancia, el paro (9%).
Fondos Next Generation
El reparto de los fondos Next Generation de la Unión Europea también generan inquietud entre los miembros del CEC. Así, el 56,5% creen que estas ayudas tendrán poca repercusión en la economía catalana mientras que el 29,8% piensa que tendrán "bastante" impacto. Finalmente, un 4,4% opina que no tendrán "nada" y un 4,7% opina que servirán de mucho.
Para los economistas, estos recursos extraordinarios distribuidos por las instituciones europeas guardarán para mejorar la actividad innovadora de las empresas y estimularán la inversión privada y el PIB. A pesar de eso, desconfían de los criterios de reparto territorial. Así, el 71,3% de los encuestados considera que no habrá una distribución "equitativa" entre países y regiones. En este sentido, el 78% de los encuestados del Colegio opinan que habrá un atraso en la llegada de esta inyección millonaria de recursos que acabará perjudicando su efecto de crecimiento y transformación del modelo productivo.