Desde el referéndum del 1-O del 2017, los relatos catastrofistas con la economía catalana han ido a más. Todavía hoy día, dos años después, algunos medios alertan de "las dolencias que se han ocasionado por el procés independentista", unos discursos que en su momento se sostuvieron principalmente por los traslados de sedes empresariales fuera de Catalunya, y ahora secundados por los disturbios postsentencia. El grupo de coyuntura del Col·legi d'Economistes de Catalunya ha querido plasmar con datos el incumplimiento de estos malos augurios.
En un cuadro comparativo, los economistas Modest Guinjoan, Jordi Goula y Albert Carreras han puesto de manifiesto que la evolución de los indicadores económicos entre el tercer trimestre del 2017 hasta el tercer trimestre del 2019 ha estado "incluso positiva, en muchos casos con una variación por encima de la de España", cosa que deja sin efecto los mensajes catastrofistas.
De entrada, en este periodo el PIB catalán ha aumentado un 4,5% fachada el 4,2% que ha aumentado el de España. El comercio al detalle en Catalunya ha aumentado un 7,4% y en España un 6,9%.
En el ámbito laboral, con respecto a la población activa, en estos dos años en Catalunya ha aumentado en un 2,7% -de las cuales muchas personas son extranjeras- y en España un 1,7%, cosa que hace ver que la gente quiere venir a Catalunya a trabajar. Al mismo tiempo, la tasa de empleo catalana se mueve entre un 54,1% y el 55% en este periodo, mientras que en España entre el 49,3% y el 50,1%, mientras que la tasa de paro es fuerza más baja en Catalunya -entre el 12,5% y el 10,9%- que no en España, cosa que a menudo es así y no ha cambiado durante los años del procés.
Finalmente, Goula explica que el Índice de Producción Industrial en Catalunya ha caído entre el tercer trimestre de 2017 y el tercer trimestre de 2019 un 0,5%, y en España se ha caído un 0,2%. La caída más notoria en Catalunya se basa en qué "es un territorio mucho más industrializado que la mayoría de España por lo cual cuándo cae la industria aquí tiene mucha más incidencia". Por último, las exportaciones han mantenido un buen ritmo, creciendo en estos dos años un 4,3% en Catalunya y un 3,9% en España.
Balance del año
El grupo de coyuntura prevé que la economía catalana cierre el año con un crecimiento del PIB de los alrededores del 2%, "si bien es cierto que nos encontremos en un procés de desaceleración económica ya que el año pasado cerró con un 2,5%", pero alertan de que "no podemos decir recesión hasta que no estemos, porque no es el caso" y provoca comportamientos en el consumo que pueden agravar la situación.
De los datos comentados, una de las más relevantes es la de las pernoctaciones en hoteles catalanes en octubre del 2019, momento álgido de protestas contra la sentencia del procés y los disturbios, que muestran que las pernoctaciones de extranjeros en Catalunya aumentaron un 4% aquel mes, y en cambio las de españoles en hoteles catalanes cayeron un 10%.
Con respecto a la actividad empresarial, el economista Modest Guinjoan ha señalado que Catalunya sufre una desaceleración propiciada por la industria, principalmente, y en comparación con España se evidencia que la construcción y los servicios en Catalunya (+3,5% y +3%, respectivamente) siguen subiendo a un ritmo mucho más elevado que la media española (2,4% en ambos indicadores).
Por último, Guinjoan ha querido recordar que el traslado de sedes "es un fenómeno natural que pasa en todas partes", y que han salido de Catalunya 787 emprendidas en lo que llevamos de 2019, y de Madrid se han marchado 1.329. "No se trata de comparar sino de dar un toque de normalidad, y si hay salidas de sedes sociales de Catalunya, normalizar que también pasa en otros lugares", ha aseverado.