El déficit fiscal de Catalunya se situó en 14.623 millones de euros el año 2012, una cifra equivalente al 7,5% del PIB catalán. Así lo concluye el último cálculo del departamento de Economía respecto a la balanza fiscal de Catalunya con la administración central del Estado, que se ha elaborado en cumplimiento de la Ley 10/2012 de 25 de julio, de publicación de las balanzas fiscales.
Como los años anteriores, la balanza fiscal de Catalunya con la administración central correspondiente al 2012 se ha calculado según las dos aproximaciones metodológicas estándares: la del flujo monetario (que asigna los gastos en el territorio donde se gastan) y la de incidencia carga-beneficio (que asigna los gastos donde viven los ciudadanos que se benefician). En ambos casos se ha tenido en cuenta el impacto de los déficits totales de la administración central de Estado.
El método del flujo monetario mide el impacto económico generado por la actividad del Estado en el territorio y es especialmente relevante en tiempo de crisis y paro, ya que muestra el gasto efectivo que ha hecho a la administración central en un territorio concreto. De acuerdo con este método, el déficit fiscal de Catalunya el año 2012 fue de 14.623 millones de euros, equivalentes al 7,5% del PIB de Catalunya.
Por lo tanto, Catalunya aportó el 18,4% del total de ingresos de la administración central y recibió el 13,6% del gasto total del Estado. Y según el método de la incidencia carga-beneficio, el déficit fiscal de Catalunya el año 2012 fue de 10.030 millones de euros, que representan un 5,1% del PIB catalán. Unos resultados que doblan las cifras que el ministerio calculó hace un año.
¿Qué es la balanza fiscal?
La balanza fiscal mide el efecto redistributivo entre territorios de la política fiscal de la administración central del Estado, es decir, muestra la diferencia entre el gasto que el Estado realiza en un territorio y el volumen de ingresos que obtiene en este territorio y que le permiten financiar el conjunto de su gasto público. Existe déficit fiscal cuando los ingresos obtenidos en un territorio superan los gastos que se destinan a los ciudadanos de este territorio, es decir, cuando hay una salida neta de recursos fiscales.
Gasto discrecional del Estado
Si se calcula la balanza fiscal sin la Seguridad Social, el gasto del Estado en Catalunya cae del 13,6% hasta el 9,2% (9,1% si se tienen en cuenta los organismos autónomos y las empresas públicas). Eso se debe en qué el gasto de la Seguridad Social —básicamente pensiones, prestaciones de desempleo y otras prestaciones económicas— no está sujeta a la discrecionalidad de las políticas territoriales del Gobierno central: los ingresos y el gasto de la Seguridad Social están ligados a unos derechos y obligaciones adquiridos por los ciudadanos a título particular.
La diferencia entre el porcentaje que Cataluñ¡nya recibe y lo que aporta casi se duplica cuando se analiza específicamente el comportamiento del gasto discrecional. Así, la diferencia global entre ingresos aportados y gasto recibimiento es de 4,8 puntos porcentuales, pero si se excluye el gasto de la Seguridad Social, el diferencial se amplía hasta 8,7 puntos.
El saldo de la Seguridad Social
El cálculo de la balanza fiscal incluye un anexo con la evolución de los flujos de ingresos y gastos de la Seguridad Social en Catalunya y España desde el año 1995 hasta el 2012. El saldo de Cataluña es negativo en 6 de los 18 ejercicios analizados, mientras que el del Estado en conjunto es negativo en 11 de los 18 ejercicios analizados. El saldo para Catalunya sólo es negativo en los periodos 1995-1996 (con una tasa de paro de aproximadamente un 20%) y 2009-2012 (paro de aproximadamente un 18%).