Después de sacar adelante la reforma laboral, este lunes Gobierno, sindicatos y patronal se han sentado de nuevo en la mesa del diálogo social para una nueva negociación, la del aumento del salario mínimo interprofesional (SMI). En esta reunión, el Gobierno, representado por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha propuesto en los agentes sociales que el salario mínimo aumente 31 euros de manera inmediata para llegar a fregar los 1.000 euros al más, concretamente la propuesta es que el SMI sea de 996 euros en el mes en 14 pagas, un total de 13.944 euros anuales. Según ha defendido la misma ministra, este aumento tendría efecto retroactivo a 1 de enero de este año. Una vez acabada esta reunión de toma de contacto, las tres partes de la negociación se han vuelto a citar para el miércoles para un nuevo encuentro y discutir sobre la propuesta del Ejecutivo. Después de la reunión, Díaz, ha asegurado en rueda de prensa que el objetivo es aprobar el aumento con "muchísima prontitud", defendiendo que el incremento del SMI es "una herramienta muy importante para los trabajadores más vulnerables".
En la misma rueda de prensa, Díaz también ha asegurado que antes de tomar ninguna decisión escuchará todas las partes y posiciones, y ha recordado que "los sindicatos siempre quieren más y los empresarios, menos. Yo hago un poco de equilibrio entre las partes". Al mismo tiempo, ha comentado que lo más relevante de este proceso es que haya diálogo social, pero ya ha advertido a la patronal que no le temblará el pulso a la hora de no contar con ellos para cerrar el pacto, asegurando que "ya veremos si acaba con acuerdo bipartito o tripartito". Además, ha recordado que este incremento del SMI afectará a unos dos millones de personas y que es "la mejor herramienta para avanzar en la igualdad".
Como siempre que se entabla este diálogo, la posición del gobierno acostumbra a estar a caballo entre la de los sindicatos y la patronal y esta vez no ha sido una excepción. Por un lado, desde los representantes de los trabajadores han criticado que la subida no llegue a los 1.000 euros mensuales. Después de la reunión, celebrada este lunes en el Ministerio de Trabajo, la secretaria de Acción Sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente, ha explicado que la propuesta del ejecutivo español, se sitúa en la banda media del recomendado por el Comité de Expertos sobre el SMI, que aconsejó una subida de entre 24 y 40 euros para este 2022, pero ha advertido que, "se acuerde lo que se acuerde", la subida se tendrá que aplicar con carácter retroactivo desde el 1 de enero de este año.
Foment rechaza la subida
Desde la parte de la patronal, la catalana Foment del Treball, que se integra dentro de la CEOE española, ha asegurado a todo el contrario que los sindicatos, considerando que ahora "no sería el momento" de incrementar el salario mínimo, pero ha aclarado que todavía tiene que definir una postura conjunta sobre este asunto con la CEOE, organización a la cual pertenece. Así lo han asegurado en rueda de prensa al director de Relaciones Laborales y Asuntos Sociales, Javier Ibars, y la presidenta de la Comisión de Relaciones Laborales de Foment, Maria Ángeles Tejada. Ibars ha recordado que la CEOE ya ha dicho públicamente en varias ocasiones que no acepta ningún incremento del SMI y ha añadido: "De entrada, nosotros estamos muy de acuerdo con este criterio, aunque no puedo decir cuál es el posicionamiento de Foment porque todavía lo tenemos que trabajar internamente". "Consideramos, en la misma línea que la CEOE, que ahora no sería el momento de un SMI superior, porque desde 2016 hemos tenido un incremento de más del 50% del SMI, aunque lo queremos analizar bien con la CEOE para determinar si tiene o no sentido aplicar este incremento", ha argumentado Ibars.