Los agentes económicos catalanes hacía años y años que reclamaban mejoras en el Aeropuerto del Prat y la suspensión unilateral de las inversiones por valor de 1.700 millones de euros en aeropuertos por parte del Gobierno ha representado un auténtico mazazo para todos estos sectores económicos catalanes que veían la posibilidad de aumentar sus horizontes con la conversión del Prat en un hub internacional de primer orden.
De hecho, a pesar de cada uno de ellos, por un motivo u otro, han mostrado su indignación y decepción por la ruptura del pacto entre la Generalitat y la Moncloa escenificado en una rueda de prensa de la ministra de Transportes Raquel Sánchez, donde se dedicó a enseñar las virtudes del proyecto y a criticar al Gobierno por haber roto el pacto y haber creado desconfianza sobre la ampliación.
De Esade al acuerdo
Ahora bien remontémonos al dos de junio. Más de 300 entidades y empresarios se reunieron en Esade, emulando el acto de IESE del 2009, donde reclamaron a los gobiernos que se pusieran de acuerdo y pactaran la ampliación del aeropuerto del Prat. Aparentemente aquel acto fue un éxito.
De aquel acto reivindicativo 'nació' la primera mesa bilateral convocada por la Generalitat en Palau. Aquel encuentro también fue bien, en teoría, y surgió el compromiso de trabajar para alcanzar un gran pacto de consenso con el fin de ampliar la infraestructura.
Todo parecía ir bien cuando el dos de agosto, después de una reunión entre el vicepresidente del Gobierno, Jordi Puigneró, y la ministra Sánchez se anunció, a bombo y platillo, un gran acuerdo para ampliar el aeropuerto. Se había conseguido que se ampliara el aeropuerto sin afectar a las zonas protegidas que incluyen, entre otros, el estanque de la Ricarda.
El acuerdo vuela por los aires
Ahora bien, aquel acuerdo tan sólido, resulta que no lo era tanto, sino que finalmente acabó con un acuerdo verbal y varias declaraciones y acciones, por parte de los dos gobiernos, han acabado para que la confianza mutua se haya desvanecido y acabó llevándonos a la rueda de prensa de la ministra Sánchez donde se dinamitó el acuerdo de todas todas.
Las acciones y declaraciones son las que han ido disminuyendo la confianza en el pacto. La visita de la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz al estanque de la Ricarda al lado de la alcaldesa y Ada Colau, cuando en teoría el gobierno del cual forma parte aprobaba el proyecto de ocupar el espacio de la Ricarda a cambio de compensaciones.
Y por parte del Gobierno, declaraciones como las de Pere Aragonès, dejando en duda el pacto y reclamando que no se tocara la Ricarda, o como las de la portavoz Patrícia Plaja, dejando entrever que algún conseller podría hacer acto de presencia en la manifestación convocada contra la ampliación del Prat, fueron los agravios catalanes para que el Gobierno acabara echándose atrás y suspenden las inversiones.
La Cambra y Foment, contundentes
Como ya hemos comentado antes, los agentes económicos, en general están decepcionados e indignados por como se ha gestionado, y sobre todo acabado, la ampliación del aeropuerto. Ahora bien, todo también coinciden en que todavía hay tiempo, hasta finales de septiembre, para volver al camino del acuerdo entre los dos ejecutivos.
Los primeros a reaccionar fue la Cambra de Comerç a través de su presidenta, Mònica Roca, que aseguró que la decisión del Gobierno de abandonar los planes de inversión para ampliar el Prat es "una medida de presión". En este sentido, la presidenta de la Cámara lamentó que "una vez más", el Gobierno tomara una "decisión unilateral" en vez de negociar y dialogar con el Govern
Con todo, la presidenta de la Cambra también recordó que el DORA era una "oportunidad" para desarrollar un plan director donde, conjuntamente, los gobiernos catalán y español habrían podido incidir en cuestiones como las exigencias medioambientales y en las necesidades del territorio hacia el aeropuerto.
En un tono más contundente se pronunció Foment del Treball, que aseguró a través de un comunicado que estaban indignados y perplejos con la actitud del Govern hacia la ampliación. En el caso de la patronal, el peso mayor de la culpa fue para el Govern.
Foment no se detuvo aquí y también aseguró que desde Foment no se quedarán parados ante una "irresponsabilidad" que dirige el país hacia el empobrecimiento y la ruina económica de muchas empresas, autónomos y familias e "hipotecará el futuro de los jóvenes catalanes".
Pimec y Cecot, conciliadores
La patronal de la pequeña y mediana empresa, Pimec, en cambio utilizó un tono más conciliador, lamentando "la falta de acuerdo entre los Gobiernos de la Generalitat y del Estado", eso sí, exigiéndolos responsabilidad para llegar a un nuevo acuerdo para aprobar la ampliación del Aeropuerto del Prat y les urgió a convocar un nuevo encuentro entre los dos ejecutivos.
La Cecot, en un tono parecido a Pimec, ha gritado al orden a las administraciones para reanudar el diálogo y pide la participación activa del sector empresarial en esta mesa para poder analizar, proponer y reconducir el proyecto de manera conjunta.