La junta general de accionistas de Enagás ha aprobado este jueves la nueva estructura de administración de la compañía, en la que Antonio Llardén continuará como presidente, pero dejará, después de 15 años, sus funciones ejecutivas en manos del nuevo consejero delegado, Arturo Gonzalo. Gonzalo, que sustituye en el cargo a Marcelino Oreja, se convertirá en el único consejero ejecutivo de la sociedad, como preveía Enagás en su plan de sucesión de Llardén, que mantendrá las funciones necesarias para garantizar este proceso durante el que será, muy probablemente, su último mandato.
Procedente de Repsol, donde entró hace tres décadas, Gonzalo cuenta con una amplia experiencia en el sector público, donde ha asumido responsabilidades relacionadas con el cambio climático y la transición energética. También ha sido vicepresidente del Club Español de la Energía, presidente del comité español del Consejo Mundial de la Energía y secretario general para la Prevención de la Contaminación y el Cambio Climático del que hoy es el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. "Es un perfil muy adecuado en la nueva etapa de Enagás", ha dicho Llardén, que pasa a tener la condición de presidente no ejecutivo, allanando, de este modo, su sucesión.
Dividendo sostenible
La junta también ha dado el visto bueno a la política de dividendos de Enagás, la cual es "una de las prioridades" de la sociedad, en palabras de Gonzalo. Así, en 2022 y 2023 el dividendo se incrementará un 1%, y este año alcanzará los 1,72 euros por acción, mientras que para el periodo 2024-2026, se mantendrá un "dividendo sostenible" de 1,74 euros por acción. "Esta visibilidad tan clara es muy positivo en un entorno de tanta incertidumbre como el que vivimos, lo que muestra el compromiso de la compañía por seguir creando valor", ha remarcado.
Durante su intervención, Llardén ha hecho un repaso de lo que han significado los últimos dos años, en los que "la pandemia y la invasión de Ucrania están transformando el mundo y provocando que cambien muchos parámetros económicos, sociales, y también energéticos". En esta coyuntura "más compleja" se ha puesto de manifiesto la "necesidad de que Europa cuente, por fin, con una política energética común, clara y sobre tres pilares: la descarbonización, la seguridad de suministro y la sostenibilidad económica"
El presidente de Enagás, que ha expresado su "solidaridad" con Ucrania y el deseo de que "se restablezca cuanto antes la paz que Europa necesita y merece", ha insistido en que ahora "estamos más cerca de una revolución energética que de una transición, por la velocidad que se está tomando". Esta circunstancia está presente en las líneas estratégicas de la compañía, que se concentrará en garantizar la seguridad del suministro de gas de España y Europa, un continente que ofrece "nuevas oportunidades", que permitirán poner en valor sus infraestructuras y su innovación en materia de hidrógeno verde.
Al respecto, Gonzalo ha puesto el foco sobre una de las bases de los recientes acuerdos adoptados por la Unión Europea en materia energética, la mejora de la capacidad de interconexión gasista entre los Estados miembros. "En coordinación con el Ministerio para la Transición Ecológica y los operadores gasistas de nuestros vecinos, estamos valorando las distintas opciones técnicas para reforzar y completar las conexiones de nuestro país, para que puedan transportar, en los próximos años, gas natural, e hidrógeno en el futuro", ha añadido. En opinión del consejero delegado de Enagás, "la mejor respuesta a la fragilidad energética en Europa es acelerar la transformación del sistema, y el sector del gas tiene un papel clave".
Los accionistas han avalado además los nombramientos como consejeros independientes de David Sandalow, María Teresa Costa, Manuel Gabriel González Ramos y Clara García Fernández-Muro, en sustitución de Ignacio Grangel, Antonio Hernández-Mancha, Isabel Tocino y Gonzalo Solana, cuyos mandatos vencían este año.