Enagás construye el ramal que permitirá en la planta de biometano de la Galera transportar hasta la red general. Después de dos años de trabas y vacíos administrativos y legales, el proyecto de se ha desencallado y en octubre la planta de Biometagás La Galera SL estará conectada en la red gasística de transporte general. La disputa por las competencias sobre el proyecto de las administraciones catalana y española se ha resuelto con una modificación de las bases reguladoras de la normativa, en concreto del artículo 78 de la Ley de Hidrocarburos. La empresa de la Galera produce biogás desde agosto del 2020 y como no se permite acumularlo, la han tenido que quemar, "a razón de 150.000 euros en el mes (3,6 millones de euros de pérdidas)", ha detallado el gerente.
La planta de biometano de la Galera ha sido la primera de estas características en Catalunya y su particularidad ha revelado un vacío legal al estado español con respecto a inyecciones de gas en la red general de Enagás. El proyecto se creó para producir biogás a partir del tratamiento de alimentos caducados, residuos agrícolas, ganaderos y orgánicos, pero el año 2016, la empresa dio un paso más e instaló, en el mismo recinto, una nueva planta de limpieza para generar biometano, para depurar el biogás y conseguir un producto todavía más neto.
Inicialmente, Enagás propuso a la compañía trasladar por carretera el biometano hasta un punto de conexión de la red de Naturgy en la Ràpita, pero en febrero del 2021, la empresa gasista española aceptó conectar la planta con el gasoducto general, que pasa a un kilómetro de las instalaciones galerenques. Para la construcción del ramal de conexión, de 70 bares, Biometagàs La Galera avanzó y pagó 1 millón a Enagás. El presupuesto que tiene la empresa pública, según se detalla en las autorizaciones ministeriales es de 823.325 euros.
A pesar de adelantar el pago y cerrar el acuerdo, la empresa chocó con un vacío burocrático, la falta de especificidad de su caso en la normativa, y las administraciones se pasaban la pelota. "No teníamos constancia, ni nosotros, ni Enagás, ni el Ministerio, que no había ley que clarificara la inyección en la red de transporte. No existía una normativa", ha explicado Albert Martínez, gerente de Biometagàs La Galera. Después de meses de espera, se ha modificado el apartado 5 del artículo 78 de la Ley 34/1998 y se ha definido como línea directa la conexión de una planta de producción de gases renovables con el sistema gasista. Eso ha desencallado las autorizaciones. El pasado 23 de junio, de la dirección general de Política Energética y Minas otorgó en Enagás Transporte, la autorización administrativa y aprobó el proyecto para ejecutar la ampliación y modificación de la posición 15.03A del gasoducto de distribución primario 'Barcelona-València-Vascongadas' –unidad de medida G-65- para inyectar biometano en la Galera.
Como el proyecto no se incluye en los supuestos de la Ley 21/2013, no necesita una evaluación de impacto ambiental, pero ha necesitado el informe favorable de la Comisión de los Mercados y la Competencia (de la sesión del pasado 9 de junio), que según el artículo 7.35 de la Ley 3/2013 es el organismo que tiene que autorizar las instalaciones en la red básica de gas natural. Enagás se encargará de que el ramal cumpla con la Ley de los Hidrocarburos, el real decreto 1434/2002 que regula el transporte, distribución, comercialización del gas, y el reglamento y normas de la Ley 21/1992 de Industria.
Biometagas también tiene ya el permiso de inyección de la Generalitat, del departamento de Acción Climática, una resolución del 2 de agosto donde pide una declaración responsable de la promotora del cumplimiento de los requisitos de la normativa. También hará falta un informe del gestor técnico del sistema, Enagás, que ha solicitado. Las obras empezaron el mismo 2 de agosto.
Demanda e inversión
Las instalaciones de Biometagas La Galera han supuesto una inversión de unos 5,5 millones de euros (más el millón de euros para construir el ramal) y pueden producir hasta 4 millones de metros cúbicos anuales de este gas renovable, muy bien recibido en Europa, sobre todo, en el sector del transporte. La empresa produce biogás desde agosto del 2020. El año pasado cerraron un acuerdo para vender el biometano a la compañía española Molgas –accionista de la empresa- y esta, a su vez, a una comercializadora holandesa, pero con la nueva planta parada, el biogás se ha tenido que quemar durante dos años mientras no se desencallaba la inyección del gas a la red de transporte general.
La crisis del gas derivada de la Guerra de Ucrania "ha disparado exponencialmente" la demanda de biometano en la planta de la Galera, pero la empresa no prevé cerrar nuevos acuerdos hasta que no estén inyectando en el ramal de transporte, que les permitirá comercializar el biometano por toda Europa, gracias a un sistema de certificados de compraventa de gas renovable. "La Guerra ha sido un detonante, pero el problema es la escasez y el precio de la energía. Ahora mismo podemos escoger a nuestros clientes", ha explicado Martínez.