Endesa obtuvo un beneficio neto de 338 millones de euros en un primer trimestre del año marcado por una extrema volatilidad en el sector eléctrico, lo que representa una caída del 31,2% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, aunque ha ratificado sus objetivos para el conjunto de 2022. El resultado bruto de explotación (Ebitda) de Endesa a cierre de marzo se situó en los 914 millones de euros, con un descenso del 10,4% con respecto a los tres primeros meses de 2021, pero un 10% por encima si no se consideran los resultados atípicos del año pasado, principalmente los 188 millones procedentes de una sentencia judicial relativa a derechos de CO₂.
El beneficio ordinario neto del grupo en este primer trimestre alcanzó los 338 millones, con una caída del 31%, aunque excluyendo los impactos extraordinarios registrados en 2021, este resultado crecería un 10%. Los ingresos de la energética dirigida por José Bogas en el periodo de enero a marzo ascendieron a 7.596 millones de euros, con un crecimiento del 59,1%.
Las materias primas
Así, Endesa, que vende más energía de la que produce y necesita comprar energía en el mercado, beneficiándose cuando los precios caen, pero viéndose perjudicada en sus cuentas si están altos, registró estos números en un periodo marcado fuertemente por el deterioro del escenario macroeconómico y los altos precios de las materias primas y, singularmente, del gas, que fue un 350% más caro en promedio que en el primer trimestre de 2021, que llevó así a mantener los precios altos en los mercados mayoristas de electricidad, con un promedio de 229 euros en España. No obstante, a pesar de esta caída en el beneficio, Endesa ratificó sus objetivos financieros para este 2022 de un resultado ordinario neto de 1.800 millones de euros y un Ebitda de 4.100 millones de euros.
Coyuntura desafiante
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha destacado que se comienza el ejercicio "afrontando una coyuntura aún más desafiante que en el anterior, marcada por las tensiones macroeconómicas derivadas del impacto de la guerra en Ucrania y por el traslado de este conflicto a un mercado de materias primas ya muy inflacionado desde hace meses". En este sentido, ha indicado que el grupo "sigue confiando en la solidez de su modelo de empresa verticalmente integrada para cumplir los objetivos de 2022". "Y mantenemos también nuestra estrategia de asesoramiento y ayuda a todos los clientes, acogidos a cualquier tipo de tarifa, para superar las turbulencias del mercado energético en sus hogares y empresas", añadió. Endesa tenía a finales de marzo el 100% de su energía propia (nuclear, hidroeléctrica y renovable no regulada) vendida para este año, y el 82% ya para 2023.
Por otra parte, la compleja coyuntura de los mercados de las materias primas, unida a un incremento de las partidas regulatorias pendientes de cobro, han afectado negativamente al capital circulante necesario para financiar las operaciones de la compañía, lo que ha situado en negativo el flujo de caja de las operaciones en 476 millones de euros. Endesa destacó que la cobertura de este flujo de caja negativo, el desembolso de las inversiones en el periodo por 533 millones y el pago de dividendos por 529 millones sustentan el alza de la deuda neta hasta 10.334 millones a final del trimestre.
Energías verdes
En relación con el impulso de las energías verdes, la compañía tiene el 90% de la potencia renovable que prevé que entre en 2022 en funcionamiento o en ejecución, y el 70% de la programada para 2023. En concreto, la energética tiene en ejecución 2.000 megavatios (MW) de potencia renovable, la mitad del objetivo contemplado en su plan estratégico 2022-2024, y cuenta con 8.000 MW de potencia en un avanzado estado de tramitación administrativa, todo ello en España y Portugal.