Las empresas energéticas están dispuestas a poner un tope al precio del gas y la energía para combatir la escalada inflacionista actual a costa de sus beneficios, siempre que sea por un tiempo limitado y con la seguridad jurídica pertinente. Así lo han expresado este miércoles Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, Antonio Llardén, presidente de Enagás, y José Bogas, CEO de Endesa durante su intervención a las jornadas del Cercle d'Economia que se celebran esta semana en Barcelona. Los tres han coincidido en una mesa redonda para comentar y discutir de los nuevos retos que afronta Europa en la reforma energética, que, a priori, tiene que llevar a usar menos los combustibles fósiles y a hacer una gran apuesta por las renovables.

En el que también han coincidido los tres sobre los precios de la energía es que estos crecimientos de los precios no han llegado solo por culpa de la invasión rusa y que ya hacía meses que la situación empezaba a ser del todo insostenible. En esta línea Imaz ha recordado que el precio de la electricidad ya era altísimo el septiembre pasado y que el petróleo estaba ya muy alto el noviembre pasado. En esta línea, Llardén ha recordado que los mercados anticiparon esta subida, pero que ahora los precios han crecido hasta un punto que son realmente insostenibles. Bogas, por su parte ha asegurado que Rusia planificó a la perfección esta subida de precios y que ha sabido ir a tocar uno de los puntos más débiles de Europa, la dependencia energética.

España, punto clave en el sistema energético

De los tres el más neutral sobre el tema de los precios es Antonio Llardén, ya que el tope de los precios energéticos no afectaría tanto en su empresa, y, por lo tanto, no ha entrado tanto al detalle, pero sí que ha comentado que con la crisis actual de suministros y precios se abre la puerta en una especie de política europea en materia de energía que puede abrir una nueva etapa dentro de la UE. En este sentido, Llardén e Imaz han asegurado que España podría ser una pieza clave dentro de esta nueva disposición del tablero, ya que tiene una grandísima capacidad tanto para recibir gas vía gasoducto como licuado y permitiría que se convirtiera en un actor clave en la distribución del gas por el continente.

El presidente de Enagás, Antonio Llardén, durante su intervención - David Zorrakino / Europa Press

Otra de las claves dentro de la transición energética que Europa está llevando a cabo es el precio de las emisiones de CO₂, que actualmente son muy caras y provocan que Europa pierda competitividad porque, tal como ha apuntado Imaz, provocan que se esté exportando la capacidad industrial europea a otros continentes que no tienen este impuesto. En este punto Llardén ha abogado para imponer de una vez por todas una tasa sobre las emisiones para entrar productos en Europa porque si no Europa acabará arruinándose y no se resolverá el problema del CO₂.

¿Crisis energética?

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha iniciado su intervención advirtiendo que ahora mismo, la transición energética a Europa es más importante que nunca después de la crisis con Rusia, ya que podría acabar transformándose en una verdadera crisis energética si no se encuentra un sustitutivo en el gas que a estas alturas se importa del gigante eslavo. Por lo tanto, ha defendido Imaz, se tienen que buscar tenemos que buscar soluciones por el gas, como por ejemplo los combustibles vegetales o los sintéticos, y ha sentenciado que el hidrógeno tiene que ser una realidad en el 2030, ya que si no se hace todo eso, es muy posible que Europa no tenga acceso a toda la energía que necesita.

Josu Jon Imaz durante su intervención al Cercle- David Zorrakino / Europa Press

Por otra parte, Imaz también ha pedido que esta transición energética se piense y se haga "con más tecnología y menos ideología", porque la economía "seguirá necesitando petróleo y gas", durante décadas. En esta línea ha sentenciado que es necesario "sacar el sesgo ideológico" de las políticas energéticas y pensar en la seguridad de suministro y en la competitividad de la economía española y, sobre todo, pensar en las capacidades del país con el fin de hacerla de acuerdo a eso, que facilitaría que el Estado fuera más competitivo en el futuro.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha optado por apuntar al acuerdo entre España y Portugal para tropezarse con el precio de gas, y aunque se ha mostrado a favor del tope, ha comentado que hubiera sido mejor si solución hubiera estado a escala europea. Bogas también ha señalado, pero que si se hacen los números, al final, aquello con lo que se tropieza es el precio de la electricidad, cuando el problema es el del gas. Bogas también se ha pronunciado sobre la guerra en Ucrania considerando que si durara poco, la transición energética se aceleraría en Europa y ha destacado que, con la guerra en Ucrania, Europa se ha dado cuenta de la importancia de tener una cierta independencia energética.

José Bogas mirando a Josu Jon Imaz a la reunión del Cercle d'Economia - Efe

Ribera cree que es "clave" reducir beneficios

Justo antes de la intervención de Imaz, Llardén y Bogas en el Cercle d'Economia, ha intervenido la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica Gobierno, Teresa Ribera, también para hablar sobre los retos futuros de la transición energética al Estado. Ahora bien, hablar de energía durante estos días también quiere decir hablar de dinero, concretamente de los precios, y aquí la vicepresidenta ha defendido que es "clave" reducir los beneficios de las empresas con el fin de conseguir doblar los precios finales para los consumidores, incluidos los industriales. En esta línea, y como ha venido defendiendo al Ejecutivo los últimos meses, Ribera ha considerado "fundamental" dar una mayor cobertura a los consumidores más vulnerables y ha dejado muy claro que se tienen que repartir los esfuerzos desde el punto de vista de costes y beneficios entre todos los ciudadanos y que no lo pueden acabar pagando todos los ciudadanos o consumidores.

Por el que hace en el seno del proceso de transición energética, Ribera ha alertado que se tiene que tener en cuenta que los consumidores tienen que poder disfrutar desde el primer momento de los beneficios de esta transición sin tener dificultades para hacer frente a precios elevados de la electricidad. Un incremento de precios que, ha asegurado, se ha dado sin cambios en la oferta, la demanda o la tecnología, excepto en el coste del gas, por lo cual se tiene que pensar como este escenario afecta "a grupos de población cada vez más amplios".

La vicepresidenta Teresa Ribera durante la sierva intervención en el Cercle / Efe

Uno de los otros puntos claves en materia energética actuales es como hacer que Europa pueda reducir su dependencia del gas ruso, que, actualmente es una de las prioridades de la Comisión Europea. En este punto la vicepresidenta ha considerado que lo más importante es que Europa se mantenga unida y ha recordado que hay países, como Alemania o Hungría, que tienen una grandísima dependencia del gas ruso y que, por lo tanto, es un conflicto o discusión muy complicada. Lo que también ha reconocido Ribera es que España está "en mejor disposición que los otros, pero no estamos exentos del impacto en los precios, porque desplazar a uno de los primeros cuatro productores del mundo en energía no es sencillo".

Por último, Ribera también ha comentado el hecho de que España sea una isla energética en Europa y ha vuelto a asegurar que desde España se está a favor de la conexión gasista con Francia a través del Midcat, aunque ha reclamado que forme parte de su financiación: "Seguridad de suministros en terceros, financiación de terceros". Además, ha pedido que se tenga en cuenta la vida útil de la infraestructura, por lo cual tendría que estar preparado para transportar también biogás o gases renovables, como el hidrógeno líquido. Para concluir también asegurado que Europa es consciente de la necesidad de incrementar la interconexión con Francia y "está comprometida a vigilar de cerca de forma más activa".