Después de meses de estira y rocía entre el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, el primero se ha doblegado a la propuesta de la segunda de considerar ciertas inversiones en plantas nucleares y en centrales de gas. Este miércoles, se ha votado esta nueva clasificación a propuesta de la Comisión y el resultado ha sido muy disputado entre los partidarios y los detractores de la medida. Con 278 votos a favor, 328 en contra y 33 abstenciones no ha prosperado la objeción a las nuevas reglas de taxonomía en el sector energético, las cuales pretenden orientar las inversiones financieras a la Unión Europea hacia actividades económicas sostenibles.
El futuro de la nueva taxonomía ahora depende del Consejo de la Unión Europea, que todavía puede rechazar la medida. En caso de que no sea así, la modificación de la clasificación de energías consideradas verdes o sostenibles pasará a incluir las centrales nucleares con permiso de construcción antes del 2045 y las plantas de gas que emitan menos de 270 gramos de CO₂ por kilovatio hora hasta 2031 o menos de 100 gramos al conjunto de su vida útil.
Inversiones para la transición energética
¿El resultado de esta votación implica que la mayoría de la Eurocámara considera que el gas y las nucleares son energías verdes? No. Catalogarlas como verdes bajo los supuestos mencionados sirve para seguir invirtiendo de cara a una futura transición energética. Varios países aseguran que para cumplir esta transición les hacen falta más años de utilizar estas energías como puente. Este es el principal argumento de los que posicionan a favor de la nueva taxonomía.
"Nuestra taxonomía apunta las renovables como prioridad (...). Pero también hay que ser realistas: hay que aceptar que tendremos que invertir en gas y nuclear en una fase transitoria", ha afirmado en Efe una europarlamentaria irlandesa. El Ejecutivo europeo considera la clasificación de energías verdes como un movimiento realista de cara a la transición energética, sin embargo, algunos países como Luxemburgo o Austria se plantean llevar la taxonomía delante del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
España en contra
Entre los países que no dan apoyo a la decisión del Parlamento se encuentra el Estado español. No hace ni un mes, la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, se pronunció sobre el borrador de la propuesta de taxonomía verde de la Comisión, afirmando que "independientemente que puedan seguir abordándose inversiones en la una o la otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles".
España no es el único Estado que se opone a la medida, además de Luxemburgo y Austria, Dinamarca también es profundamente escéptica con este movimiento de la Unión. En cambio, otros países con un pasado más ligado a estas energías celebran el resultado de la votación. Es el caso de Francia, Alemania y muchos países del norte y del este de la UE.