La Comisión Europea (CE) ha tumbado las previsiones de crecimiento del Gobierno tres días antes de las elecciones, rebajando cuatro décimas su previsión de crecimiento de la economía española hasta el 1,9% para el 2019 y hasta el 1,5% para el 2020, en ambos casos por debajo de las proyecciones más recientes del Gobierno. Un aviso que evidencia, una vez más, la desaceleración económica de España y a nivel global, y que se suma a los avisos que ya hizo el Banco de España hace un mes.
Las Previsiones Macroeconómicas de Otoño publicadas por el ejecutivo comunitario proyectan además que el déficit público sea del 2,3% del PIB este año, lo mismo que calculaban a mayo, y que en el 2020 baje el 2,2%, dos décimas por encima de sus últimas estimaciones, en ausencia de Presupuestos Generales del Estado para el próximo ejercicio. Para el 2021, la Comisión sitúa el crecimiento en el 1,4% y el déficit en el 2,1% del PIB.
Las previsiones de la institución presidida por Jean-Claude Juncker son menos optimistas que las emitidas el mes pasado por el Gobierno, que anticipaban un avance del PIB del 2,1% este año y del 1,8% para el próximo año, y que el déficit se reduzca al 2% y al 1,7% del PIB, respectivamente. ¿El motivo? Bruselas atribuye la mitad de la rebaja a la revisión de los datos hecha por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que reveló un crecimiento menor del querido en la primera mitad del 2019; al mal comportamiento de las importaciones y a la ralentización generalizada de la Eurozona, que ha empeorado las perspectivas para el segundo semestre, y, en definitiva, el aumento generalizado de la incertidumbre. Con todo, se prevé que España crecerá por encima de la media de la zona euro (1,1%).
En cuanto al déficit, la Comisión prevé que en el 2019 se reduzca desde el 2,5% que marcó en el 2018 al 2,3%, a causa de que los ingresos crecerán "relativamente rápido" por las "prósperas" contribuciones a la Seguridad Social y los impuestos a la renta.
El paro, por las nubes
Con respecto al comportamiento del empleo, Bruselas también revisa al alza sus previsiones anteriores. Prevé que el paro caiga menos de lo que se anticipó a la primavera: hasta el 13,9% este año, al 13,3% en el 2020 y al 12,8% en el 2021. Unos datos que siguen dejando España en la cola de Europa en creación de empleo, en la que sólo Grecia tiene todavía un paro superior.
Con todo, el ejecutivo de Sánchez no se da por vencido. Después de la última Encuesta de Población Activa (EPA) que se publicó hace pocos días y que evidencia un aumento del paro en España —y también en Catalunya— durante el mas de octubre, el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, aseveraba que este aumento del paro se debe al hecho de que "hay más confianza en encontrar trabajo". Con estos datos de paro, España queda lejos de las previsiones del conjunto de la Unión Europea (6,3%, 6,2% y 6,2%) y de la zona euro (7,6%, 7,4% y 7,3%).
El gasto, disparado
Una recaudación mayor tendría que compensar el "importante aumento del gasto", sobre todo en pensiones. Para el 2020, sin embargo, la Comisión cree que el déficit sólo bajará una décima, hasta el 2,2%, ya que España todavía no ha presentado el proyecto de Presupuestos para aquel año por la repetición electoral, con lo cual las cuentas remitidas a Bruselas en octubre son esencialmente una segunda prórroga de las del 2018.
En este contexto, la Comisión ha tenido en cuenta al hacer su previsión el aumento del salario de los funcionarios y la subida de las pensiones ligada a la inflación, pero no recoge algunas de las medidas de ahorro identificadas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su revisión del gasto público que, en caso de que se aplicaran, ayudarían a reducir el déficit.
La Comisión ya había avisado a España por carta de que el borrador presupuestario remitido comporta riesgo de no cumplir el ajuste del déficit estructural —sin tener en cuenta el ciclo económico— del 0,65% del PIB que exige Bruselas para el 2020, y le pidió enviar un presupuesto actualizado cuanto antes mejor.
La deuda pública cerraría en el 2019 en el 96,7% del PIB, una décima más que el 2018, y bajaría después al 96,6% en el 2020 y al 96% en el 2021, un camino menos ambicioso que el proyectado en abril.