El euro y el dólar están cada día más cerca y se acercan peligrosamente a la paridad. Concretamente, este martes la moneda europea se cambia a 1,02 euros el dólar, el que supone su valor mínimo desde noviembre de 2002 a causa del temor a una recesión después de la publicación de datos débiles de la economía de la eurozona y por la menor agresividad del Banco Central Europeo (BCE) que no subirá los tipos de interés hasta el día 9 de julio, mientras que la reserva federal norteamericana lo empezó a hacer hace meses. El euro acumula una depreciación enfrente de dólar superior al 9% desde principio de año.
El PMI compuesto de la zona euro, uno de los principales indicadores avanzados de actividad económica retrocedió en junio a mínimos de los últimos 16 meses a consecuencia del impacto la inflación y el aumento de precios y del deterioro de las expectativas económicas, alimentando el temor al hecho de que el "declive" de la economía del bloque desemboque en una recesión. El temor a una contracción de la economía del euro puede así pesar en el ánimo del BCE de abordar una normalización más agresiva de su política monetaria, después de anunciar una subida de tipo de 25 puntos básicos en julio, la primera desde 2011, y otra más en septiembre, la intensidad de la cual dependerá de las previsiones de inflación.
Este panorama empieza a ser realmente asfixiante para el euro que si sigue esta tendencia, esta misma semana podría llegar a la paridad con el dólar americano. Ahora bien, todo podría cambiar este mes de julio, cuando está previsto que el BCE empiece a subir los tipos de interés. Según ya anunció hace un mes la primera subida de los tipos será del 0,25% con el objetivo de frenar el fuerte aumento de la inflación provocado por el estallido de la guerra en Ucrania y el aumento de las materias energéticas después de los embargos en Rusia. Además, esta no es la única medida del BCE para afrontar esta delicada situación, ya que en el mismo comunicado adelantó que finalizaría las compras de deuda pública y privado de la zona euro, medida que está activa desde el pasado 1 de julio, una medida se había aplicado desde el 2015 y que tenía como objetivo evitar la caída de precios en un escenario de tipo bajos.
El inicio de la subida de los tipos de interés se dará en la reunión que mantendrá el Consejo de Gobierno del BCE de este julio, y ya podemos asegurar que no será la última y está previsto que en septiembre habrá otra subida de tipo aunque no sabemos si volverá a ser de 25 puntos básicos o si será superior o inferior. Lo que sí que anunció el BCE es que "la calibración de esta subida de tipo será dependiente de las perspectivas de inflación a medio plazo", por lo cual si estas previsiones "persisten o se deterioran, un mayor incremento será apropiado", cosa que puede hacer pensar que la próxima subida de los tipos pueda ser superior a este 0,25% que tendremos esta semana.
Por el contrario, la Reserva Federal de los Estados Unidos, conocida como la FED ya anunció el pasado 15 de junio que subía los tipos de interés oficial un 0,75%, lo que supuso el aumento mayor en 28 años. El objetivo de esta medida, como casi siempre que se suben los tipos, es luchar contra la inflación y supuso el tercer incremento de tipo desde el mes de marzo, situando los tipos en una horquilla del 1,5% y el 1,75%. Esta política monetaria tan agresiva por parte del banco central norteamericano contrasta, y mucho, con la pasividad que ha mostrado el BCE en los últimos meses.