Fira de Barcelona ha iniciado las negociaciones con el comité de empresa para revisar las condiciones del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en vigencia. La empresa se vio obligada a implantar esta medida excepcional en el mes de abril por imposibilidad de realizar sus actividades feriales por la pandemia. Los ERTE reducían la jornada de los trabajadores afectados entre un 40% y un 60%.
"Ante la incertidumbre sanitaria y económica y las limitaciones de movilidad internacional que en este momento imposibilitan normalizar la actividad ferial, se han iniciado negociaciones con el Comité de Empresa de la Feria para revisar las actuales condiciones del ERTE en vigencia, con el objetivo de garantizar la solvencia de la institución, los puestos de trabajo y estar lo mejor preparados posible para la progresiva reactivación de eventos”, según han indicado desde la organización, que añade que no habrá despidos.
Si bien todavía no se ha acordado la cantidad de trabajadores que van a verse afectados por los ERTE, la compañía prevé mantener activos todos aquellos trabajadores que sean necesarios para la actividad actual de base. “Así como ir incorporando progresivamente a los trabajadores según se vaya normalizando la actividad ferial”, añade.
El aplazamiento de las ferias empeora las previsiones
Las nuevas medidas de contingencia, que se están negociando con los empleados, entrarían en vigor el próximo 15 de octubre. La actividad no se ha visto recuperada como se esperaba, después de que las grandes ferias y congresos se hayan vuelto a aplazar. Un ejemplo de esto hace referencia al Congreso de Telefonía Móvil, que no se celebrará hasta finales de junio. De hecho, hasta la primavera de 2021 no se espera que la situación vuelva a la normalidad.
El pasado 21 de septiembre, la Feria de Barcelona abrió las puertas a la primera feria presencial después de la emergencia sanitaria por el coronavirus, el BizBarcelona y el Salón del Empleo. En la inauguración oficial, representantes de las administraciones públicas y de las empresas catalanas celebraron la reanudación de la actividad ferial presencial después de medio año de inactividad. La feria fue, además, una de las primeras en Europa.