El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera necesaria la creación de una capacidad fiscal centralizada en la zona euro mediante las contribuciones de todos los países del bloque y que actuaría como fondo de emergencia común para paliar los efectos y rebajar la factura de futuras crisis.
La propuesta para la creación de este "fondo de emergencia", presentada en Berlín por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, contempla una contribución anual a su dotación por parte de los países miembros durante periodos de crecimiento y la disponibilidad de los fondos acumulados para aquellos socios en dificultades durante periodos de recesión, incluyendo la opción de que este mecanismo pueda llegar a endeudarse para ayudar en situaciones extremas.
"Dicha capacidad no sería suficiente para solventar la próxima crisis, pero ciertamente ayudaría", señaló Lagarde durante su intervención en un acto organizado en Berlín por el Instituto de Investigaciones Económicas. En este sentido, la directora del FMI indicó que las estimación de la institución internacional sugieren que "con una contribución relativamente modesta", equivalente al 0,35% del PIB cada año, un fondo de estas características "reduciría los efectos negativos sobre la producción en más de un 50%".
"Aunque, seamos claros, se trataría de un cojín temporal, no de una almohada permanente bajo la que uno pueda esconderse y no hacer nada", advirtió la exministra francesa de Finanzas, subrayando que un mecanismo de este tipo requiere que todos los miembros de la zona euro asuman una mayor responsabilidad a la hora de "poner en orden sus respectivas casas". "No se trata de que algunos países ayuden de manera altruista a otros", aseguró Lagarde. "Una capacidad fiscal centralizada reafirmará a los inversores que la eurozona cuenta con mejores herramientas para evitar que la próxima crisis se extienda. Ayudará a evitar el casi pánico que observamos la última vez", añadió.
De este modo, la directora del FMI defendió en primer lugar la necesidad de que las transferencias del fondo estén condicionadas al cumplimiento de las reglas fiscales de la UE para garantizar el cumplimiento por parte de cada país de sus obligaciones, ya que así todos los países tendrían incentivos para jugar bajo las mismas normas y acometer reformas. Asimismo, el FMI recomienda que los países abonen una prima en sus contribuciones al fondo de emergencia en los buenos tiempos en relación con los beneficios que hayan recibido durante los periodos de crisis con el fin de evitar que se convierta en un mecanismo de transferencias permanentes.
Por otro lado, la directora del FMI ha reiterado la importancia de que la eurozona complete las reformas emprendidas para fortalecer su arquitectura, incluyendo avanzar en la unión bancaria, así como en la
modernización de la unión del mercado de capitales, lo que permitiría reducir la dependencia del sector privado del sector bancario, y dotarse de reglas más transparentes para los procesos de quiebra que facilitasen a los inversores recuperar parte de sus pérdidas en caso de fracaso. "La eurozona puede ser una brújula para la prosperidad de la región y un faro de esperanza para el mundo", declaró Lagarde. "Necesitamos todas las herramientas a nuestra disposición", añadió.