Las dos patronales más importantes de Catalunya pasan por un momento de crisis. La pugna por la representatividad entre Foment del Treball y Pimec, que se empezó a gestar hace más de 12 años, ha cogido el calibre de guerra patronal. El acuerdo pactado por las cuotas entre Josep Sánchez Llibre y Josep González parece que no llega, aunque ambos presidentes aseguran que están dispuestos a negociar y a llegar a un acuerdo, para evitar así el recuento formal por parte del gobierno catalán.
Y es que en este conflicto queda involucrada también la Generalitat a través de la conselleria de Trabajo, quien tiene que poner orden y decidir los porcentajes en caso de que las patronales no sean capaces de llegar a un acuerdo. Fuentes próximas a las negociaciones entre ambas patronales aseguran a El Nacional que las posiciones están bastante alejadas, ya que "hay ciertas líneas rojas y que ninguno de los dos quiere ceder". La principal línea roja es, según las fuentes mencionadas, que Pimec no aceptará un acuerdo de menos del 50%.
La situación ha llegado a tal extremo de conflicto que finalmente la conselleria de Trabajo pondrá en marcha el recuento oficial "inminentemente". Según explican fuentes de las patronales, "inminentemente" puede querer decir "entre hoy mismo y viernes", pero no está del todo claro cuando empiece de verdad. "Nuestra queja no es sólo hacia Foment del Treball sino también hacia la conselleria, que lleva tiempo evitando el problema", explican desde Pimec.
Hay ciertas líneas rojas y ninguno de los dos quiere ceder"
Y es que el problema viene de lejos. Hace más 12 años que el roce por quién es más representativo del tejido empresarial catalán es uno de los temas recurrentes en las juntas de Foment y de Pimec. Hasta ahora, la representatividad se había repartido entre Fomento (60%), Fepime (15%) y Pimec (25%), pero la patronal de Gonzàlez considera, por una parte, Fepime forma parte de Fomento y por lo tanto no tiene sentido que sea un actor en la representatividad; de la otra, en palabras de Gonzàlez, "nosotros damos representación a todas las pymes, que conforman el 99,8% del tejido empresarial catalán, y tendríamos que tener un mayor porcentaje."
Por parte de Foment, sin embargo, se quejan de que los criterios impuestos en el decreto que manda como se tiene que hacer el recuento de la Generalitat no son buenos, ya que sólo se tiene en cuenta el número de empresas afiliadas a cada patronal -por lo cual cuenta lo mismo una empresa grande, pequeña, micro o autónomo- y han pedido que se incluyan otras consideraciones, como el número de trabajadores de cada empresa o el volumen de facturación, algo que de momento el tribunal no quiere aceptar.
¿Qué hay en juego?
Básicamente hay en juego el prestigio, la representatividad, unas cuantas sillas y alrededor de 2 millones de euros anuales a repartir. "Como Fepime no puede justificar su partida, de momento nos repartimos más o menos a partes iguales la financiación", pero el resto de cosas van en función del porcentaje de la cuota. Al mismo tiempo, también están en juego las relaciones entre ambas patronales, ya que fuentes de Foment del Treball aseguran que si se pone en marcha el procés de recuento con los criterios del decreto que hay ahora "no tendremos ningún problema al recurrir a la vía legal", aseguran las fuentes. "No queremos aceptar el recuento con los criterios actuales por un tema de principios", denuncian.
No tendremos ningún problema al recurrir a la vía legal", aseguran desde Fomento
Y es que la tensión entre los líderes se puede cortar con un cuchillo. Gonzàlez decía en un desayuno de Navidad que "desde Fomento tienen miedo a contar porque saben con que saldrán perdiendo", y que "es muy lamentable lo que hace Foment, nos están tomando el pelo". Según la Pimec, Sánchez Llibre "no se lo está tomando seriamente".
Por su parte, Sánchez Llibre aboga por la cordialidad y asegura "haber sido generoso con Pimec ofreciéndoles el 35%", pero "no hay manera", dicen. Sea como sea, González y Sánchez Llibre no se ponen de acuerdo. Fuentes próximas a las negociaciones aseguran "haber oído hablar de hasta el 45%", pero de momento el acuerdo no es tangible.
La Cecot, tercer elemento
Además de la guerra con Pimec, Fomento tenía también otro frente abierto: la expulsión de la Cecot. Cuando Sánchez Llibre relevó Gay de Montellà el pasado mas de noviembre, se vislumbraba una posible entendida entre el nuevo líder de Fomento y el presidente de la Cecot, Antoni Abad, a fin de que la patronal de Terrassa volviera a formar parte de Fomento. La Cecot fue expulsada temporalmente de Foment del Treball ahora hará un año para "extralimitarse" en sus funciones y "ocupar un territorio que no le corresponde", según explicaron en el momento desde Foment.
Era mucho previsible que la Cecot devolvería a Fomento. Ahora los necesitan para contar", critica Pimec
Hace cuatro días finalmente teníamos la noticia: Abad y Sánchez Llibre han conseguido llegar a un acuerdo, y la Cecot se incorporará a Foment de manera inminente. La decisión y los detalles del acuerdo se harán públicos el próximo martes, según han explicado fuentes de la Cecot, pero este hecho no ha llegado por sorpresa y juega también un papel importante en la guerra patronal.
Desde inicios de año, el presidente de Fomento anunciaba que había tenido "múltiples reuniones" con Abad y que "la intención era reincorporar la Cecot el más bien posible". Fuentes de Pimec aseguran que el retorno de la Cecot "era muy previsible" porque "ahora los necesitan para contar" y sumar más cuando la Generalitat inicie el recuento, ya que la Cecot es la principal competencia de Pimec como patronal de pymes catalana. "Parecía que no había prisa, pero ahora sí que" han "corrido", critican fuentes de Pimec. Con todo, la patronal de Antoni Abad no se ha pronunciado al respecto y estamos todavía pendientes de conocer todas las condiciones.
Por último, la guerra patronal está al principio del fin. Pendientes que la conselleria de Trabajo incie el recuento, Sánchez Llibre y Gonzàlez van a contrareloj si realmente quieren llegar a un acuerdo y evitar el "aprieto pesado" del recuento; además, en caso que se llegara al acuerdo una vez empezado el recuento, este se detendría inmediatamente y se harían vigentes los porcentajes del acuerdo. Sea como sea, el pacto no llega, el tiempo se acaba y el ambiente está tenso entre pasillos patronales.