La junta directiva de Foment del Treball ha votado esta tarde a favor de la suspensión de la patronal vallesana Cecot como socia, al menos durante el tiempo en que Joaquim Gay de Montellà siga siendo el presidente de Foment.
Según explica en un comunicado, después de un intenso debate, el presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà, ha propuesto que los miembros de la junta votaran sobre la suspensión de Cecot sólo durante el tiempo que le queda como presidente de la institución hasta los últimos meses del 2018. La decisión de expulsar a la patronal egarense es importante, y más este año, en el 2018, en el que se convocan elecciones para la presidencia de Foment, Antoni Abad ya anunció que se quería presentar.
Los motivos de la 'guerra'
Se trata de una guerra reabierta, ya que las amenazas de expulsión vienen de hace tiempo. El conflicto ya empezó en el 2015 cuando el problema, además de ser de ámbito político en clave de proceso soberanista, se convirtió también en un asunto de competencias territoriales, pero parecía que con los acuerdos que se firmaron en marzo del 2016, la situación se había calmado. Pero no se ha resuelto la situación y el motivo de la riña sigue siendo "el afán expansionista" de Cecot, según afirma Foment.
Después de que Foment anunciara el 8 de enero que abriría un expediente a la Cecot y que la opción de expulsarla estaba sobre la mesa, finalmente hoy la suspensión de socio de Cecot ha sido votada a favor por 26 representantes, 12 votos en contra y 8 abstenciones, y la próxima Asamblea de Foment tiene que ratificar este acuerdo.
La Cecot, sorpresa
Ante la decisión de Fomento, la patronal Cecot ha expresado su sorpresa, alegando que no se lo esperaban. La patronal vallesana no comparte la decisión y considera que de esta manera "la reputación de Fomento del Trabajo queda absolutamente dañada e, internamente, dividida fruto del resultado de la votación". En este sentido, el presidente de Cecot, Antoni Abad, afirma que hay que poner fin a una manera de gobernar la institución que es propia del siglo pasado. "Nos jugamos que Fomento del Trabajo quede parado en la locomotora del s.XX o suba al alta velocidad de s.XXI", sostiene.
Asimismo, Cecot denuncia que la decisión ha prosperado sin emitir voto secreto como forma de coacción a los miembros de la Junta Directiva. Además, se han vulnerado sus derechos porque habido una total indefensión jurídica. "No se nos han dado las garantías procesales ni el tiempo suficiente para defendernos en una decisión tan trascendental como esta y de consecuencias inciertas", señala Abad.