Controlar el fraude en impuestos patrimoniales ha permitido a la Agencia Tributaria de Catalunya (ATC) levantar 172,1 millones desde el 2015. En total, han sido 15.385 actuaciones para controlar el impuesto de Patrimonio y el impuesto de Sucesiones y Donaciones recaudar aquello que algunos preferirían que no se recaudara. Este es uno de los primeros resultados del "Plan de prevención y reducción del fraude fiscal y de fomento de las buenas prácticas tributarias 2015-2018" que pretende no sólo detectar y corregir el fraude sino también, mejorar la conciencia fiscal de la ciudadanía, minimizar el riesgo de incumplimiento, fomentar la buena praxis tributaria o crear un marco de transparencia, entre otros.
De momento, ya se pueden observar los primeros resultados pero todo fruto implica siempre un gran esfuerzo (sobre todo si está en materia fiscal). Haciendo balance de los 12 meses de 2015 a los 10 meses contabilizados de 2016, los procedimientos de inspección, gestión y sanción sobre el impuesto de Patrimonio han sido un 39% superiores a la vez que han conseguido liquidar una deuda para los tres procedimientos de 20,6 millones en el 2016. Más concretamente, la ATC ha realizado 97 inspecciones directas (un 21% más), 1708 actuaciones en materia de gestión (un 22% más) y 938 requerimientos (se han derivado 613.130 euros en autoliquidaciones inducidas), entre otros.
Tal y como algunos expertos ya acostumbran a esperar, entre los principales elementos regularizados se encuentran: exenciones improcedentes, bienes no declarados en el extranjero. revisión de patrimonios declarados al alza o discrepancias entre declaraciones de diferentes ejercicios. Mientras tanto, en el caso del impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, la deuda liquidada en el 2016 ha sido de 48,2 millones para los tres procedimientos recientemente mencionados y en este caso los motivos de regularización han sido principalmente: inclusión de bienes no declarados en las autoliquidaciones y la no admisión de la reducción aplicable a personas que hereden participaciones empresariales y que tengan vínculos familiares con la persona muerta o vínculos laborales con la empresa. A pesar de que no es ni será fácil, sigue la lucha contra el fraude