El presidente de Freixenet, José Luis Bonet, ha confirmado que hay una oferta para comprar Freixenet durante la presentación de la Fira Alimentària 2016. Una oferta que según el también presidente del comité organizador de Alimentària y del consejo de administración de Fira Barcelona, es positiva ya que evidencia el atractivo del gigante del cava catalán. Sin querer dar más detalles al respecto, Bonet ha asegurado que "a partir de aquí hay que esperar", con lo qué no ha querido especificar cuales son los plazos establecidos por la multinacional con respecto a la toma de decisión, ya que eso "sería una descortesía" para la empresa que ha mostrado interés y ha realizado una oferta.
Unas declaraciones que tienen lugar una semana después de haber celebrado el trascendental consejo de administración que había quedado temporalmente anulado, el pasado 30 de marzo, por la muerte de Carmen Ferrer Sala, hija de los fundadores y madre de Enrique Hevia, vicepresidente y director financiero. Aunque Bonet ha preferido mantenerlo en el anonimato, la empresa interesada es el grupo vinícola alemán Henkell&Co, filial del gigante Dr. Oetker, que ya ha hecho llegar su oferta próxima a los 500 millones de euros a los accionistas con el objetivo de que tomen una decisión vinculante, una vez finalice la revisión de las cuentas de Freixenet.
Buena sintonía familiar
Ante la potencial crisis de accionariado de Freixenet dividido en tres familias primas, Bonet ha querido remarcar la buena sintonía familiar así como también una postura unitaria. Ahora bien, la disparidad de criterios parece más vigente que nunca después de que los Hevia, que ostentan un 29% de las acciones, colocaran la oferta de Henkell&Co sobre la mesa del consejo de administración. Mientras que los Hevia tienen claro que vender es la mejor opción, la familia Ferrer Noguer, que ostenta un 42% de la multinacional catalana, todavía puede hacer valer su derecho a tanteo.
Es por eso que siguen negociando un crédito con la banca superior a los 100 millones con el objetivo de alcanzar el 50% de las acciones y evitar cualquier posibilidad de venta a un socio externo. Se aceptaría la salida de los Hevia, muy críticos con la gestión del vicepresidente, Pedro Ferrer, siempre que Henkell entrara en calidad de socio minoritario. Un hecho que resulta altamente improbable teniendo en cuenta que los intereses de la multinacional alemana pasan por convertirse en el accionista mayoritario.
Sin embargo, precisamente aquellos que no comparten una misma estrategia son los Bonet, que ostentan un 29% de las participaciones. Aunque el presidente y su hermana, Pilar Bonet, se han mostrado próximos a los Herrero, José Luis Bonet se ha mostrado reticente a vender su paquete de acciones y sigue apostando por continuar en la multinacional y darle estabilidad a largo plazo, más allá del dinero. Por su parte, los Hevia cuentan con el apoyo de Pedro Bonet, presidente del Consell Regulador del Cava y director de comunicación, así como el de Eudald Bonet, también muy crítico con los Ferrer. Mientras que los Hevia necesitan al menos tres miembros de la familia Bonet para materializar la oferta de compra de Henkell, los Ferrer tienen suficiente con dos miembros para alcanzar más del 50% de las acciones.