El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha asegurado este lunes que la fusión con Bankia, que llegó a su final hace apenas tres semanas, con la integración tecnológica y comercial, no ha comportado, por ahora, ninguna pérdida de clientes. "No hemos notado ningún movimiento anómalo de clientes", ha afirmado el ejecutivo durante su participación en el XII Encuentro Financiero Expansión-KPMG, donde ha reconocido, no obstante, que todavía es "pronto" para valorar el impacto que la operación tendrá en la clientela. Aunque "la sensación es buena", ha dicho, habrá que "hacer ese juicio más adelante".
Gortázar ha destacado que CaixaBank ha tenido una "fantástica evolución en el año" y que su objetivo es que la fusión no sea una simple suma de dos entidades, sino que aspira a "que 1+1 sean dos y un poquito". "Pensamos que vamos a conseguir sinergias de ingresos, sobre todo en el negocio de seguros", ha apuntado.
Se ha mostrado "contento" por cómo van las cosas en la nueva CaixaBank, grupo que suma 21 millones de clientes y la mayor red comercial en España y Portugal, con más de 6.000 oficinas y más de 15.000 cajeros automáticos, teniendo en cuenta que se ha llevado a cabo la mayor integración de la historia de la banca española. "Dentro de esa elevada complicación, nos encontramos con que somos capaces de superar esas dificultades de manera más rápida y menos problemática de lo que habíamos esperado. Está siendo extremadamente complicado, pero vamos bien", ha señalado Gortázar, que ha destacado la "buena sintonía" entre los equipos de las dos entidades.
Una vez pactado el ajuste de plantilla y realizada la integración comercial y tecnológica, el próximo paso de la fusión, que se inició hace un año, será la integración de la red de sucursales. El directivo ha resaltado que el 90% de las oficinas que se van a integrar están situadas a menos de 500 metros una de otra y que el objetivo de este plan no es otro que "racionalizar la estructura". En ningún caso, ha subrayado, "abandonar o incomodar a los clientes". Por eso, ha apuntado, el banco mantiene su compromiso de no cerrar ninguna sucursal en ninguna población donde sea la única entidad financiera. "Trataremos de hacerlo lo mejor posible", ha incidido.
Satisfecho por la "tarea épica" de la integración
Gortázar, se ha mostrado “satisfecho” por el resultado del proceso de integración tecnológica de Bankia, emprendido hace dos semanas, para asegurar que se ha tratado de una “tarea épica” y que el éxito ha estado fruto del “trabajo hecho” de los equipos en un contexto complejo marcado por la pandemia. El consejero delegado de CaixaBank también ha puesto en valor el enorme esfuerzo realizado desde que se cerró la fusión legal el pasado mes de marzo, puesto que “un proceso de integración muy grande, como ha sido este, es complicado por naturaleza”.
Gortázar ha asegurado que “hemos estado capaces de superar estas complejidades de manera más rápida del esperado”, una cosa que ha subrayado se debe, entre otras razones, a la “buena sintonía de los equipos desde el principio”. “No era una integración normal, para la medida que tenía, la complejidad y la diversidad, ha sido un desafío”, ha asegurado.
En este sentido, el consejero delegado de CaixaBank ha destacado el volumen de actividad que tiene la entidad hoy en día, para explicar que el pasado viernes, con el ‘Black Friday’, se hicieron más de 11,5 millones de operaciones con tarjetas, con más de un millón de operaciones en la hora en varias franjas. “Estamos funcionando cómo si no hubiera habido más que un único banco desde hace mucho de tiempo”, ha señalado Gortázar, quien ha recordado que ahora se trabaja en el proceso de integración de la red de sucursales. En este proceso, que tiene como objetivo racionalizar la estructura, el 90% de las oficinas que se integren está a menos de 500 metros de otra y el 70% está a menos de 250 metros de otra.
Además, ha dejado claro que en las poblaciones más pequeñas se ha asumido el compromiso que no se cerrará ninguna sucursal allá donde CaixaBank sea la última entidad financiera, de forma que se tienen muy presentes los intereses de la España vaciada.