Según datos de la Agencia Catalana del Agua, el 46% de las aguas subterráneas de Cataluña están contaminadas por nitratos, procedentes en gran medida de las deyecciones ganaderas. Con más de 8 millones de cerdos y 650.000 vacas, Cataluña es la segunda comunidad autónoma con el mayor censo de porcino y la cuarta en cuanto a censo bovino.

La gestión de los purines es un problema que preocupa a la industria ganadera, que ve amenazado su modo de vida con continuas “restricciones” a su actividad que pasan por la prohibición de abrir nuevas explotaciones, dificultades para ampliar las ya existentes y cada vez mayores exigencias a los planes de deyecciones.

En este contexto, cada vez más ganaderos han visto en las plantas de biogás la solución a la gestión de los purines. Una solución que les permite, no solo gestionar de forma sostenible las deyecciones evitando la contaminación de los acuíferos por nitratos, sino además hacerlo produciendo energía renovable- biogás- y fertilizantes, contribuyendo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En toda Cataluña, y en concreto en Lleida, que concentra más de la mitad de las unidades ganaderas de la región, han surgido distintas iniciativas para promover este tipo de plantas impulsadas tanto por cooperativas de ganaderos y agrupaciones de familias como por inversores privados especializados en energías renovables.

“Los ganaderos necesitamos soluciones, no más problemas ni limitaciones a nuestra actividad. La industria ganadera es necesaria, no solo para nosotros como modo de vida, es la base de la industria alimentaria. Las plantas para generar biogás a partir de los residuos ganaderos son una solución a un problema que es de todos, así que bienvenidas sean”, afirma Daniel Barios Seró, ganadero y agricultor de la comarca de La Noguera, en Lleida.

Recientemente Connect Bioenergy, una empresa local de Lleida formada por varios ganaderos de la zona anunció un acuerdo con más de 170 ganaderos de la provincia de Lleida que suministrarán más de 400.000 toneladas de deyecciones ganaderas al año para la planta de biogás que proyecta la danesa CIP en La Sentiú de Sió. Una planta que supondrá una solución al problema de la gestión de los purines para estos ganaderos y aquellos que se adhieran al proyecto.

“Somos conscientes de la necesidad de gestionar de forma sostenible las deyecciones del ganado, pero nos resulta inviable disponer de la cantidad de terrenos que se nos exige desde la Generalitat para este fin. Poder sumarnos a la planta de biogás que se está proyectando en La Sentiú nos ofrece una solución a nuestro problema y al problema social de la contaminación de los acuíferos", indica Albert Feliu Niñoles ganadero de la zona.

Según anunció la compañía, la planta, que ha sido designada como proyecto estratégico por la Generalitat de Cataluña, “tendrá una capacidad de producción anual estimada de 200 GWh al año, el equivalente al consumo de 23.000 hogares, lo que la convierte por capacidad de producción en la mayor de nuestro país y del sur de Europa. Además, será parte de la solución al reto regional que supone el exceso de nitratos en suelo y agua provocado por la concentración de la producción agrícola, así como de los residuos de la producción ganadera e industrial”.