El presidente de la patronal española CEOE, Antonio Garamendi, ha manifestado este lunes sobre la situación actual en Catalunya que la clase política "tiene la obligación de sentarse a hablar y llegar a acuerdos", si bien "por encima de todo está el Estado de derecho". Garamendi ha hecho estas declaraciones a los periodistas antes de asistir a una comida de trabajo con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), y ha asegurado que la CEOE no tiene que entrar a analizar la sentencia del procés dictada por el Tribunal Supremo y que hay que respetar la ley.

Según el presidente de la CEOE, estamos viviendo una situación "anómala" y tanto los empresarios catalanes como la confederación empresarial están pidiendo "estabilidad" y "moderación", y que "por encima de todo está el Estado de derecho". Garamendi se ha referido a la huelga convocada el viernes pasado a Catalunya, que según su opinión "no era una huelga" porque no atendía a un conflicto entre empresa y trabajadores, y ha lamentado que la gente tuviera que parar por el corte de carreteras o "por miedo de la violencia que se ha generado".

"Nosotros lo que queremos y hemos pedido es el orden, porque la orden es lo que realmente puede llevar que las empresas puedan funcionar", ha insistido. Con respecto al papel de la clase política en el conflicto, Garamendi ha indicado que tienen la "obligación de sentarse a hablar y llegar a acuerdos, que es lo que tenían que hacer", aunque ha insistido en que "por encima de todo está el Estado de derecho que es el que nos da la tranquilidad y la estabilidad" que necesitan las empresas y la ciudadanía.

Ha recordado además que Catalunya es un gran motor en la economía española, ya que supone el 19% del PIB, y las empresas catalanas "pueden sacar un buen músculo" porque "son y están dentro de las mejores empresas de nuestro país". Para el presidente de la CEOE es una noticia "muy negativa" que más de 5.000 empresas se hayan tenido que ir de Catalunya desde el inicio del conflicto por el procés y espera que "no salgan muchas más".

Ha advertido además que "si todo eso si se cronifica llegara a ser un problema para Catalunya", uno de los principales motores económicos de España, y ha dicho al respecto que "lo que afecta a los catalanes afecta a todos los españoles".