Las restricciones a la movilidad de los viajeros ha causado un fuerte impacto en el sector turístico catalán. Según un informe de la Cambra de Comerç de Barcelona, la pandemia de la Covid ha provocado una caída del gasto turístico del 79,2% y unas pérdidas monetarias de 25.505 millones de euros.
Si el año pasado el turismo representaba un 12,9% del PIB catalán, este año se estima que solamente representará un 3,1% del PIB. Según la entidad, el 70% de la caída total de este indicador en Catalunya se debería a la reducción en el gasto de este importante sector para la economía del país.
Las restricciones por la pandemia en la restauración, la hostelería y la cultura y la imposibilidad de viajar en el ámbito internacional han hecho entrar en depresión un sector altamente dependiente de los viajeros extranjeros. En este contexto, el Govern anunció ayer que hoy se abriría una línea de ayudas con valor de 19 millones de euros para empresas y autónomos del sector turístico, si bien otros tipos de establecimientos también se habrían visto afectados indirectamente por la caída del turismo.
Tendencia a la baja
Catalunya ha sido la segunda comunidad autónoma más afectada por la caída del turismo, por detrás de las Islas Baleares, vista la importancia de los congresos -cancelados por la pandemia- en la capital catalana y la importancia de los turistas internacionales en el litoral catalán.
Como resultado, el gasto turístico total se habría reducido un 85% durante la primera mitad del año y se prevé que caerá un 71% durante la segunda mitad. La Cambra expone que en verano se vivió una ligera recuperación, que se vio desvanecida con el fin del verano y la llegada de la segunda ola.
"No se prevé una reactivación del turismo internacional, ni profesional ni de ocio, en la ciudad de Barcelona", expone el informe de la Cambra. El informe explica cómo el interés por visitar la capital catalana se ha mantenido en mínimos históricos, tal como muestran las búsquedas en Google del término "visitar Barcelona" entre abril y noviembre de este año.
Situación incierta
Barcelona registra la cuarta mayor caída del gasto turístico a nivel europeo, después de Praga, Roma y Milán. Según el informe, la evolución en los próximos meses dependerá del "control de la pandemia, de los requisitos que se establezcan para viajar (cuarentenas o pruebas PCR) y de la posibilidad de establecer corredores turísticos seguros que den confianza a los viajeros".
Según la última estimación publicada por el Eurocontrol, la recuperación de los vuelos se prevé para el 2024 con la condición de que se produzca una vacunación masiva en el 2021.
Esperanza en los turistas domésticos y la demanda retenida
A diferencia de las reservas hoteleras internacionales, las domésticas repuntan la primera quincena de noviembre por primera vez desde mediados de agosto, según datos del Observatori del Turisme en Barcelona a partir de los datos de The Hotels Network.
Así pues, según la Cambra se podría llegar a salvar una parte de la campaña de Navidad" con visitantes domésticos si se hace "una buena gestión de los contagios durante el mes de diciembre y una relajación de las restricciones".
Además, la Cambra menciona una posible demanda retenida de turismo al fin de la pandemia, lo que llama tourism revenge. El término anglosajón haría referencia a "las ganas de viajar de los consumidores que se habrían intensificado en los últimos meses" y que, tal como se ha podido comprobar en países asiáticos con la pandemia más controlada, los viajes nacionales ha aumentado un 60% con respecto a los niveles mínimos de paro.