Uno de los temas estrella de este julio ha sido el acuerdo entre el gobierno del Estado y los agentes sociales, sindicatos y patronales, para la reforma del sistema de pensiones español. Ante esta reforma, ¿sabemos cuáles son las diferencias entre nuestro sistema y los del resto de Europa? En este artículo veremos tres sistemas relativamente diferentes del español: el francés, el alemán y el de Noruega, de más a menos parecido con lo que tenemos aquí.
Ahora bien, antes de eso, y aprovechando la reforma actual, ¿cuáles son las grandes deficiencias del sistema español? El gran problema es que el sistema actual se basa en la solidaridad intergeneracional, es decir, que los trabajadores actuales pagan las pensiones de los jubilados, por lo tanto, cuando pagas a la seguridad social no estás asegurando tu pensión, simplemente estás pagando la de generación anterior, y serán los trabajadores futuros los que paguen la tuya.
A priori el concepto funciona, pero tienes que tener una sociedad homogénea a escala generacional, cosa que no ha pasado en España, ya que la generación del baby boom son muchos más que los millennials o la generación Z, por lo tanto, dentro de 15 años, cuando los nacidos entre 1950 y 1970 estén jubilados por completo el sistema sufrirá porque querrá decir que el 30% de la población serán jubilados si no cambian mucho las cosas porque sino lo que pasará es que el sistema perderá el equilibrio y se hundirá. Además, hay que recordar que los primeros baby boomers se empezarán a jubilar dentro de cinco años, por lo tanto, es un problema que se tiene que empezar a solucionar inmediatamente.
Virar hacia la productividad
El economista y miembro del Col·legi d’Economistes, Josep Lladós, asegura a este diario que actualmente dentro del mercado laboral encontramos malos trabajos, que no aportan productividad y que, además, cotizan poco porque vienen de salarios bajos. Eso hace que los jóvenes, los principales afectados por este hecho, no aporten suficiente a la contribución general.
En este sentido, Lladós asegura que la solución es conseguir que los jóvenes entren en el mercado de trabajo con condiciones, es decir, con trabajos que aporten valor añadido y, al mismo tiempo, aumentar el número de la gente que cotice. Eso se puede hacer incorporando a los jóvenes al mercado laboral -actualmente hay casi un 40% de paro juvenil- implementando políticas de natalidad o incentivando la inmigración. La cuestión, al final, es aumentar el número de trabajadores que coticen.
Otro problema al que se enfrenta la sociedad es la aceleración de la digitalización y el cambio tecnológico con la pandemia. Hay mucha gente que se ha quedado desfasada y corren el riesgo de convertirse en parados estructurales. Por eso, las administraciones, a todos los niveles, tendrían que invertir en la formación de toda esta gente.
Lladós también nos recuerda que pronto, en teoría, llegará la primera tanda de fondos europeos al Estado y con estos tendríamos que ser capaces de digitalizar el tejido productivo para conseguir una mayor productividad y flexibilizar la organización del trabajo. Si todo eso sale bien y se consigue que el sistema de pensiones sea sostenible, según Lladós, sí que se podrá reformular, que no reformar, el sistema actual de pensiones.
Vistas todas deficiencias del sistema español, ¿cómo funciona por toda Europa el reparto de las pensiones?
Francia, solidaridad intergeneracional
El sistema francés se parece bastante al español porque también se basa en la solidaridad intergeneracional. Ahora bien, tiene algunas diferencias sustanciales. Para empezar, se basa en niveles de jubilación, los dos primeros, el básico y el complementario. Estos niveles on obligatorios para todos aquellos que cotizan, pero el tercero es un sistema de ahorro que puede ser personal o colectivo. Si te acoges a este tercer peldaño, tu pensión aumenta, ya que como mínimo este apartado no dependerá de la solidaridad entre generaciones.
Para poder empezar a recibir pensión, como en casi todas partes, primero te tienes que jubilar y actualmente la edad marcada está entre los 60 y los 62, ya que Francia está aumentando la edad de jubilación de sus ciudadanos. Aparte, para poder recibir la pensión has tenido que cotizar durante como mínimo 20 años, ahora bien, aquí entra la posibilidad de jubilarse antes en carreras de larga cotización.
Como acabamos de decir, si te jubilas a la edad que te toca y tienes 20 años cotizados cobras la pensión máxima disponible. A partir de aquí, si has trabajado menos de lo estipulado, cobras menos, y si has trabajado más tienes la posibilidad de cobrar más del máximo establecido. Ahora bien, si llegas a la edad de jubilación y no tienes los 20 años cubiertos, puedes alargar tu vida laboral para llegar a poder cobrar el máximo si así lo quieres.
Además, Francia también ofrece la posibilidad, en los mayores de 60 años, de reducir su jornada laboral a la mitad y cubrir la mitad de tu pensión y, con el sueldo, seguir cotizando para llegar al máximo de la pensión.
Alemania, el sistema mixto
Alemania también consta de tres peldaños en su sistema de pensiones: un nivel básico obligatorio, que reporta una pensión mínima al ciudadano pagada por el Estado; un segundo nivel complementario y voluntario, que en definitiva es una previsión social empresarial; y un tercer nivel, también voluntario, que es un plan de pensiones privado a título individual. Eso hace que Alemania tenga un sistema mixto, ya que el primero se basa en la solidaridad, pero los otros dos son únicamente a título privado.
Más allá de eso, los alemanes cotizan siempre que cobren más de 5.400 euros al año y pagan un 18,6% del sueldo a dividir entre la empresa y el trabajador a partes iguales. Y para cobrar una pensión mínima han tenido que cotizar como mínimo 5 años y uno de ellos en el país. En este sentido, la pensión se calcula de acuerdo con meses cotizados y con un sistema de puntos en función de lo que haya contribuido cada ciudadano.
Para jubilarte, lo tienes que hacer saber al gobierno y pedirle que quieres cobrar la pensión, ya que no hay una edad estipulada para dejar de trabajar. Ahora bien, los nacidos a partir de 1964, a partir del 2029, se podrán empezar a jubilar con 67 años, a menos que tengan más de 45 años trabajados. Si es el caso, se podrán jubilar a los 65. Si alargas tu vida laboral más allá de los 67, recibirás una bonificación del 6% en tu pensión cada año que trabajes de más.
Ahora bien, las empresas no te pueden echar por haber superado los 67 ni rescindir tu contrato cuando el empleado supere la edad de jubilación, por lo tanto, la solución es que se tiene que llegar a acuerdos para la salida de trabajadores de las empresas. En esta misma línea, si la empresa quiere prejubilar a un trabajador, aparte de llegar a un acuerdo, esta salida anticipada de la empresa la tiene que pagar íntegramente la compañía.
Por último, los trabajadores pueden tener un trabajo, sin pagar seguridad social, y sin embargo cobrar íntegramente su pensión si sus ingresos no superan los 6.300 euros mensuales. a partir de esta cifra se van descontando partes de la pensión.
Noruega, las antípodas de España
El sistema noruego funciona radicalmente al español. De hecho no se basa en la solidaridad intergeneracional. Cada trabajador contribuye para pagarse su pensión a través de planes de pensiones colectivos y personales, que constituyen el grueso de la pensión de cada ciudadano.
Aparte, también pagan un 18% de su sueldo anual al Estado para sufragar su futura pensión una vez se jubilen. Cuando llega el momento, de todo lo que han pagado, el gobierno lo divide en mensualidades en función de la esperanza de vida. Por lo tanto si te jubilas antes cobras menos cada mes, pero con más tiempo y si lo haces más tarde cobras más pero en menos tiempo
Hasta aquí todo bien, sin embargo, además, para garantizar las pensiones a largo plazo, el año 1990 Noruega creó el Fondo Soberano Noruego, un vehículo de inversión que canaliza los beneficios estatales del petróleo para garantizar las pensiones.
Actualmente este fondo para garantizar las pensiones tiene un valor de 10 billones de coronas noruegas, o cosa que es lo mismo, 969.000 millones de euros aproximadamente, según los datos aportados por el Norges Bank Investmen Magement, banco noruego que gestiona el fondo.