El turismo en la ciudad de Barcelona ha perdido ritmo en el último ejercicio, aunque el presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, Jordi Clos, lo desvincula de la situación política. Lo que preocupa en el sector, según Clos, es la "pérdida de calidad" de los visitantes, por lo cual pide al gobierno catalán y al municipal que se valore el turismo como algo "necesario" para la ciudad.
Los datos denotan que el gasto por persona alojada en un hotel de Barcelona el año 2017 ha caído, por término medio, un 10,8% respecto del 2016, que fue de 406,6 euros, frente a los 362,5 del 2017. Al mismo tiempo, el que ha sufrido una bajada importante ha sido el turismo de negocios, que se ha reducido en los últimos años, pasando de ser el 39,5% el año 2014 a ser el 30,6% en el 2017.
De todos modos, Clos recuerda que "los datos son negativos, pero seguimos al 78% de ocupación. Barcelona sigue siendo pionera pero no está en su mejor momento". En este sentido, el presidente del Gremi considera "necesario que haya un convencimiento real en las administraciones de que el turismo es muy importante para la ciudad de Barcelona".
Más allá del procés
Clos ha reafirmado las declaraciones de ayer de la consellera de Empresa i Coneixement, Àngels Chacón, en un encuentro con personalidades del sector turístico, en que aseguró que el procés no era la causa de la bajada del turismo. Siguiendo esta línea, el presidente del Gremi d'Hotels ha asegurado que "no sería justo decir que la bajada del turismo es debido a la situación política", y ha apuntado a muchos otros factores, entre los cuales, "los pisos turísticos ilegales" y "algunas medidas municipales".
La calidad del turismo, el "principal problema"
Según Jordi Clos, "la pérdida de turismo de calidad" es el principal problema porque comporta "una merma del consumo y el gasto del visitante en la ciudad". En este sentido, pone el punto de mira en los apartamentos turísticos ilegales, que "generan una oferta muy barata que llama a un segmento de mercado barato", asegura. Al mismo tiempo, sin embargo, afirma: "Yo no estoy en contra de los apartamentos turísticos, pero sí de la ilegalidad, porque provoca una destrucción del precio y una caída de la calidad".
"No sólo estamos creando un segmento de mercado que no nos interesa, sino que estamos generando malestar a la gente de Barcelona y competencia desleal", apunta. Al mismo tiempo, se adelanta a decir que "todavía no hemos digerido el tema de los apartamentos turísticos ilegales, y ahora aparecerá el concepto de habitación compartida turística, cosa que está bien mientras esté regulado", alerta. "Puede llegar a representar un grave problema si no se regula, y no es fácil de regular".
Pero no sólo los pisos ilegales son el problema, según Clos, sino varios "escenarios" que los turistas se pueden encontrar en la ciudad. Como ejemplo, apunta al top manta en la Barceloneta, los botellones en las calles de noche, la playa "circo", etcétera. "Todo eso acaba determinando la calidad. Estamos diciendo que queremos a un público de un nivel elevado y, en cambio, estamos actuando de manera incoherente", apunta.
Con todo, Clos es optimista: "Eso nos lleva a tener un público que no es tanto el que queríamos, pero que también hay que decir que si está bien regulado, también es negocio".
Previsiones de cara al 2018
Jordi Clos ha puntualizado que para este año se prevé cerrar el primer semestre con una ocupación del 80%, superior a la del 2017, que se cerró con un 75%.
Con todo, el presidente del gremio ha sido contundente, y ha criticado algunas iniciativas y reivindicaciones que "denigran el turismo". "Pediría al Ayuntamiento que convenza a sus socios de gobierno de que estas actuaciones políticas tienen una fuerte repercusión para el turismo. "Son estos actos, cuando el turista se siente atacado, lo que nos perjudica". Al mismo tiempo, ha pedido al gobierno de Torra "que ayuden al turismo de verdad de nuestra ciudad. No olvidemos que el turismo de Barcelona es el pulmón de Catalunya".