El grupo IAG, la empresa matriz de Iberia, British Airways y Vueling, hizo público la semana pasada su interés por comprar Norwegian, la aerolínea noruega low-cost por excelencia. De momento, sólo ha comprado el 4,67% de las acciones y la oferta no ha ido más allá de una voluntad, pero si eso pasara, hay que tener en cuenta algunas consecuencias.

El atractivo de Norwegian

En poco más de un año, Norwegian ha arrasado en el Aeropuerto del Prat, el podio por excelencia de las aerolíneas de bajo coste. La noruega ofrece viajes transoceánicos a precios muy competitivos, por lo cual ha conseguido crecer un 80% en un año y quedarse con el 4% de los pasajeros del Prat. Por su parte, IAG tiene el 41% de la cuota.

Así pues, para IAG, Norwegian supone un competidor directo. Comprarla incrementaría su cuota del 41% al 45%, sumando al 4% de la noruega, y eso sólo en Barcelona.

Norwegian lidera el crecimiento en el Prat tanto en rutas europeas como transatlánticas, y según las cifras cedidas por Aena, el primer trimestre del 2018 la noruega ha liderado la cuota de mercado en rutas a los Estados Unidos, con un 35% de las plazas.

¿Cómo afectaría en Barcelona a la compra?

Hay que tener en cuenta que Norwegian aterrizó en el aeropuerto del Prat en el 2015 con 7 empleados. El rápido crecimiento la ha llevado a tener más de 700 hoy día, y a ofrecer 10 destinaciones norteamericanas, más de 3 en Asia, y un total de más de 100 destinos diferentes sólo desde la capital catalana.

Norwegian es, por lo tanto, uno de los grandes competidores de IAG, que ve que el sector low-cost es el que, hoy por hoy, tiene más salida, y Level, la aerolínea de bajo coste que IAG creó para no quedarse atrás ante la noruega, no ha conseguido el crecimiento de la última. Sin embargo, hay que preguntarse si esta compra sería beneficiosa para el Prat.

Por una parte, se crearía un gigante de los vuelos low-cost intercontinentales, con el 45% de la cuota del aeropuerto barcelonés. Sin esta competencia directa, IAG tendría menos costes, pero habría que ver cómo gestiona los beneficios. Según los expertos, se podrían dar cambios en los precios de los billetes, cierres de rutas o un cambio en la estructura del personal. De eso dependería de que las consecuencias para Barcelona y para sus clientes fueran buenas o malas.

Sea como sea, por ahora el futuro del low-cost en El Prat es incierto. De todos modos, sólo la voluntad de IAG para comprar Norwegian ha hecho disparar sus acciones. Durante el 12 de abril, día en que se produjo la noticia, las acciones de la compañía noruega subieron más de un 20% durante la jornada.