Sergi Perelló es el portavoz del sindicato Intersindical-CSC, que junto con IAC son los impulsores de la huelga general de este viernes 18 de octubre. Una huelga general por motivos principalmente laborales pero "contextualizada en el momento político que vivimos; un contexto en que se están poniendo en cuestión los derechos fundamentales ". De hecho, la huelga está marcada por la sentencia del juicio al procés, que ha movilizado el independentismo, cosa que augura una huelga general exitosa. El acto central de la huelga será la manifestación convocada a las cinco de la tarde a los Jardinets de Gràcia de Barcelona, donde también se unirán los manifestantes que llegarán a Barcelona con las Marxes per la Llibertat. Hablamos con Perelló sobre los objetivos, el contexto político y las querellas de Foment del Treball.

¿Qué motiva esta huelga general?
Los motivos son eminentemente laborales dentro del contexto social y político que hay en este país. Tenemos una serie de demandas: la principal es la derogación de la reforma laboral del 2012 y la del 2010. Tenemos que tener en cuenta que estamos en campaña electoral y tenemos que hacer énfasis en todas las promesas que hizo al PSOE que no ha hecho, entre ellas la derogación de la reforma laboral, la ley mordaza y como sindicato republicano e independentista creemos que el salario mínimo no se adecua a la realidad económica del país y pedimos que sea de mínimo 1200 euros. También pedimos una serie de elementos que tienen que ver con las 32 leyes suspendidas por el TC, de las cuales 14 eran de contenido social, como la igualdad entre hombres y mujeres o el cambio climático. Todo eso entre otras medidas como se aplique la Renta ciudadana.

¿Tenéis unos objetivos marcados de seguimiento de la huelga?
Las huelgas generales en Catalunya, la mayoría tienen entre el 15%-25% de participación real según los datos de cotización. La única huelga en los últimos 40 años que ha superado con creces esta participación fue la del 3-O -después del referéndum del 1-O del 2017- en que el 83% de los trabajadores y trabajadoras de Catalunya no fueron a trabajar. La huelga del 8-N y la del 21-F fueron del 20%, las cifras estándares, teniendo en cuenta que nosotros no somos un sindicato tan grande como UGT o CCOO. Creemos que esta del 18-O se enmarca en otro contexto tendrá un impacto más importante, pero no podemos hacer una predicción.

No queremos que para aparcar en zona azul se nos acuse de sedición

El contexto político también tiene alguna cosa que ver en esta huelga...
El contexto político tiene que ver porque los derechos laborales también tienen que ver con los derechos y las libertades. Nos encontramos en un contexto en que se están poniendo en cuestión los derechos fundamentales de reunión, manifestación y expresión y eso también nos afecta como sindicato, porque no queremos que al final para aparcar en zona azul se nos acuse de sedición.

Estamos llegando a unos extremos muy importantes, nosotros somos un sindicato y defendemos los intereses de los trabajadores y hacemos estas demandas porque el estado español hace políticas que son regresivas para los trabajadores de este país y nuestra función es protestar por eso. Además, el marco laboral del estado español se ha ido recortando y ha ido acompañado de un modelo sindical que ha ido siempre a la defensiva. No creemos en este modelo, creemos que tenemos que tener un modelo sindical que gane derechos y no que pierda, y en el Estado español este no es viable.

Por eso consideramos que la república catalana es la vía para mejorar el bienestar de las personas, cosa que lo demuestran las políticas de países del norte de Europa donde las políticas de derechos, fomento de la ocupación, etcétera, son las que generan una productividad eficiente y bienestar para la producción, y cumplen los estándares de bienestar más altos de Europa. Creemos que la República no es ninguna panacea, es una oportunidad donde las personas puedan vivir con dignidad, puedan tener pensiones en un futuro y alcanzar más derechos y libertades.

El estado español hace políticas regresivas para los trabajadores de este país

En otras huelgas habéis tenido el apoyo de algunas entidades como ANC, CGT o SEPC. ¿Os la han dado esta vez?
Se ha adherido el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC), ADICs, la FEC y algunos de la CGT han firmado, pero todavía acabamos de perfilarlo. También nos dan apoyo la ANC, Òmnium, el AMI, l'Associació catalana por los derechos civiles, y Ca la Dona, entre otros.

¿Es viable hacer una huelga general sin los sindicatos principales UGT y CCOO?
De eso se trata. Nosotros hemos pasado de tener un millar de afiliados hace dos años a tener ya 5.000 y duplicar la cantidad de delegados que tenemos. Los procesos sindicales son más lentes que las elecciones políticas, pero estamos haciendo una media de entre 100 y 200 afiliados al mes. De lo que se trata es de qué la centralidad social y política de este país que tiene dos elementos importantes que son el soberanismo y el progreso, se traslade también al mundo sindical de manera que en los centros laborales la expresión del sindicalismo republicano esté representado en todas partes y tenga la fuerza que le corresponde. A partir de aquí se pueden emprender protestas o movilizaciones para pedir los derechos que creemos que nos corresponden con la perspectiva de avanzar, y no sólo de estar defendiendo derechos.

Foto: Carlota Sierra

¿Echáis de menos más apoyo político?
Los sindicatos tendríamos que mantener una cierta distancia con los partidos políticos más que nada porque nosotros creemos que tenemos que ser una expresión de contrapoder que tenemos que defender siempre los derechos de los trabajadores y trabajadoras, tanto bajo el régimen español como en una república catalana. Lo que sí que echamos de menos es que no haya una estrategia compartida de las organizaciones progresistas y soberanistas a favor de promover organizaciones propias y que defiendan la dignidad. No creemos que promover la entrada de sindicatos estatales como CCOO o UGT sirva para mejorar las condiciones de vida de las personas o para poner a los sindicatos al lado del país cuando hace falta.

Varias organizaciones empresariales se han mostrado en contra del paro por las posibles repercusiones que puede tener sobre la economía catalana. ¿Cómo lo rebatiría?
La economía catalana tiene bastante vitalidad para soportar las afectaciones que pueda tener una huelga. Independientemente de los elementos que puedan empujar a los trabajadores a hacer la huelga, también tenemos que tener en cuenta cuál es la afectación fiscal de Catalunya con respecto a la aportación que hacemos al Estado. No existe un concepto de solidaridad de Catalunya hacia el estado español, que es un concepto donde estamos financiando ciertas oligarquías estatales para mantener unos privilegios de unas élites. Y no estamos ayudando a generar producción en el resto del estado, por lo tanto, al empresariado, no importa su ideología, tendría que entender que haya una vaga como una inversión de futuro. Si todo el mundo se moviliza podemos llegar a conseguir aquello que queremos, que es tener un país mes libre y más justo.

Nos preocupa que mossos y policía se estén saltando los protocolos

¿Con una huelga de un día es suficiente?
Por lo que corresponde a nuestras demandas tienen que ser acciones y movilizaciones sostenidas. Nosotros, para conseguir lo que queremos, necesitamos que haya una estructura 10 o 15 veces mayor para intentar conseguir pasos. También tenemos que recordar que las huelgas que se convocan legalmente significan un descuento de las nóminas de los trabajadores que la siguen. No sé si hacemos una huelga y se paran durante dos semanas dos millones de personas... hombre, la gente tiene que pagar la hipoteca. La huelga es una herramienta de protesta para poner sobre la mesa ciertas cuestiones y demostrar la fuerza que tiene aquella expresión sindical para alcanzar ciertos elementos.

¿Cómo valoráis los incidentes de estos últimos días durante las movilizaciones contra la sentencia?
Hay unos elementos que nos preocupan mucho: que los mossos de escuadra se estén saltando protocolos y haya un cierto entusiasmo para aplicar o ejercer la violencia de varios abusos que son bastante preocupantes, como la táctica del carrusel que se había no se puede hacer servir desde el mes de mayo. O que la Policía autollamada Nacional esté tirando bolas de goma cuando están prohibidas a Catalunya. Se están saltando los protocolos y estoy convencido de que hay muchos agentes que están alarmados para que sus compañeros hagan eso, y desconozco si se está respondiendo a acciones concretas de arriba. Pero lo que es evidente es que se están cargando los pequeños avances desde el concepto de policía democrática que podían tener los mossos de escuadra.

Foto: Sergi Alcàzar

También se tiene que hacer una reflexión importante: En el juego de la violencia nosotras tenemos todas las de perder. El estado tiene el monopolio de la violencia y por lo tanto estratégicamente no nos favorece en nada. Los procesos políticos y sociales históricos tienen un recorrido largo, no se consiguen las cosas de un día por el otro. La indignación que podemos tener por todos los abusos que estamos viviendo como pueblo se tiene que poder trasladar con inteligencia para alcanzar nuestros objetivos. Los procesos de independencia son duros porque los estados no quieren deshacerse de una parte que además es productiva, por lo tanto la gente tiene que entender que son largos y lo podemos alcanzar, pero se tiene que hacer bien y la violencia no es un elemento útil.

La patronal Foment del Treball ya llevó vuestra huelga del 8N a los tribunales.
Fomento nos denunció por el 8N, fuimos a juicio y ganamos al TSJC. Entonces, Fomento presentó un recurso al Supremo y estamos a la espera de que se resuelva, que sólo resolverá el concepto de la ilegalidad de la huelga, no los daños y perjuicios que pedía. Nosotros creemos que eso se resolverá este otoño pero no tenemos noticias.

Ahora Fomento ha vuelto a denunciar que se trata de una huelga política y el Gobierno también lo considera... ¿Tenéis miedo de que os vuelvan a llevar a los tribunales?
Estos dos actores sí que hacen política. Una de las pruebas más evidentes fue el 6 de octubre del 2017 cuando Fomento presionó Rajoy por la ley de fuga exprés de empresas, y eso es hacer política. De hecho, uno de los motivos de la huelga del 8 de noviembre era este, porque la supuesta fuga de empresas que no ha sido nunca tanta iba afectar al bienestar de los trabajadores. Ellos dirán que la nuestra es una huelga política, pero los motivos son los que hemos comentado y nosotros somos una organización sindical que está insertada dentro del contexto de este país y cumplimos nuestra función que es defender a la gente.