El presidente de la Fundación Bancaria 'La Caixa' Isidre Fainé, ha asegurado este mediodía al Parlamento de Catalunya en el marco de la comisión de investigación sobre la aplicación del 155 en el Parlamento de Catalunya que el cambio de sede del banco en Valencia se hizo porque "queríamos evitar una crisis bancaria". Una comisión en que sólo han asistido cuatro diputados: la CUP, JxCat, ERC y Comuns.

Fainé ha comparecido en el Parlamento junto con el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, en que han asegurado que "no fue una decisión fácil" y, de la misma manera que ha explicado previamente el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, "no recibimos ningún tipo de presión política" para mover la sede. Los máximos dirigentes de la Fundación y de CaixaBank han aseverado que "no fue una decisión fácil", pero "las circunstancias que vivimos a partir del día 1 de octubre fueron claramente excepcionales y teníamos que actuar".

Durante la comisión, Fainé ha querido dejar claro que CaixaBank y la Fundación 'La Caixa' son dos entidades "desconsolidadas", y que la fundación está "al servicio de las personas", y que, "en el momento que peligran los ahorros, peligra la Fundación". Con todo, asegura que a pesar del traslado de la sede, "somos tan catalanes como lo éramos antes o más".

En este sentido, Fainé ha añadido que "los temas de confianza se matan rápido o los problemas se hacen cada vez mayores". "Los ahorros son sagrados, no puedes jugar con los ahorros de la gente", ha sentenciado, defendiendo que en momentos difíciles se tiene que actuar. En palabras del presidente de la Fundación y del presidente de CaixaBank, que ha sido consistente desmintiendo presiones políticas, "no entendemos de dónde salen las informaciones del diario Ahora y el informe del Colegio de Economistas, porque no son verdad".

De esta manera, tanto Fainé como Gual han defendido la decisión de mover la sede y han aseverado que durante octubre del 2017 "la gente tenía mucho miedo", y que "nuestra responsabilidad es proteger a nuestros accionistas". Con todo, Fainé se ha querido reivindicar constantemente como responsable de la fundación y no del día a día del banco.

Fuga de 7.000 millones de euros

En respuesta a las preguntas de los grupos parlamentarios –que han sido muy insistentes en el hecho de sí los bancos recibieron presiones-, Jordi Gual ha recordado que "la sensación de no saber la cual pasaría el día siguiente fue generalizada y la población tuvo mucho miedo". En este sentido, ha aseverado que "cuando la gente tiene miedo, lo que hace sobre todo el pequeño ahorrador es retirar dinero del banco". Además, ha cifrado en 7.000 millones de euros la salida de depósitos durante la semana después del referéndum del 1-O. "Éren principalmente de depósitos privados", ha recordado.

Gual también ha explicado que había temor entre clientes y también accionistas que la entidad no tuviera acceso al Banco Central Europeo por la posibilidad de que quedara fuera de la zona euro. Según el presidente de CaixaBank, la dirección del banco consideró "adecuada trasladarse a Valencia" y ha admitido tanto contactos con las autoridades políticas del momento como aprovechó el real decreto que facilitaba el traslado para llevarlo a cabo. Además, ha advertido que "las dobles legalidades crean pánico". Al mismo tiempo, ha explicado que "el banco tenía anchísima liquidez y estaba preparado, pero esta situación se tenía que cortar en seco".