"En el mundo de la banca se hacen cosas, pero sobre todo se resisten tormentas". Así resumía Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, las idas y venidas del sector bancario. Un temporal alimentado a base de incertidumbres, como el cambio de sede fuera de Catalunya, la integración del británico TSB y la banca del futuro. Una serie de retos que Oliu detallaba sin pelos en la lengua delante de un centenar de empresarios en un desayuno organizado por Esade.
Oliu lleva al frente del Banco Sabadell desde mayo de 1999, cuando sucedió su padre, a Joan Oliu, en el cargo. Recuerda sus primeros tiempos presidiendo la entidad como "la época más importante del Sabadell, entre 1999 y en el 2001," momento en que salió en bolsa y se encaró el banco "hacia un modelo de negocio enfocado en el cliente". De este modo, Josep Oliu ya lleva 20 años al cargo, tiempo suficiente para vivir tormentas, tsunamis y glaciares y hacer una reflexión: "Nada es gratis. Después de tantos años, sólo puedo pensar en aquello que he dejado" de "hacer".
De Barcelona a Alicante, "una necesidad urgente"
El Sabadell fue la primera gran empresa catalana que decidió trasladar la sede fuera de Catalunya después del referéndum del 1 de octubre. Fue concretamente el 5 de octubre del 2017 que la cúpula bancaria hacía pública su decisión. De esto hace casi un año y medio, pero las palabras de Oliu para explicar la situación del momento acostumbran a ser las mismas: "Fue una necesidad urgente".
La decisión de trasladar la sede no tiene nada de político, es simplemente una decisión técnica"
"El dinero es muy miedoso y cuando percibe que en algún lugar hay algún tipo de inseguridad jurídica, ante la duda, el inversor se va". Y eso es, justamente, lo que pasó a Catalunya, según el presidente del Sabadell. Con voz agitada explica que el día 2 de octubre empezaron a salir saldos del banco "de una manera desenfrenada", y "sabíamos cuál era el diagnóstico y cómo se arreglaba: dejando de mantener el riesgo y el miedo de estar aquí en caso de que Catalunya saliera de la Unión Europea". Y así fue. Tres días más tarde, el Sabadell ya hacía las maletas en busca de otra ciudad "más segura".
Con todo, confiesa: "Es lamentable". La decisión "no tiene nada de político ni nada, es simplemente una decisión técnica". Además, "ya lo habíamos pensado hacía dos años, que eso podía pasar, porque ya lo vemos a venir y al final fue así". "Eso es un estorbo y una desgracia, pero es lo que hay".
El TSB, "la batalla ganada"
La filial británica del Sabadell, el TSB, ha sido una fuente de problemas para la entidad durante el último año. Los problemas con la migración tecnológica provocaron grandes pérdidas al principio del 2018, pero que se han ido arrastrando hasta los últimos resultados. Antes de la presentación de resultados del ejercicio del 2018, Oliu ya había avisado de que las consecuencias de la filial inglesa todavía se arrastraban, y por lo tanto las cifras no fueron una sorpresa: ganó 328,1 millones de euros en el 2018, un 54,2% menos que en el 2017.
Hemos perdido un año, pero no hemos perdido ni clientes ni marca. Al final habrá sido una buena inversión"
"Lo que pensábamos que sería un paseo militar, ha acabado siendo una batalla que hemos ganado pero que ha tenido más costes de los que pensábamos", confesaba Oliu. De todos modos, "sabíamos que la migración tecnológica era un riesgo, porque absorbimos un banco que no era un banco, ya que no tenía nada tecnológico" pero no se pensaban que llegaría tan lejos. Con optimismo, sin embargo, afirma: "Hemos perdido un año, pero no hemos perdido clientes y no hemos perdido marca. El TSB tiene todo el potencial para desarrollarse y triunfar. Al final habrá sido una buena inversión".
El Brexit, sin embargo, es la situación "no "esperada" por el Sabadell. Irónicamente, Oliu confiesa: "Eso es el que pasa, quieres absorber un banco europeo y resulta que todo el país del banco se marcha de Europa".
La caída de las acciones
El pasado viernes 1 de febrero, cuando el Sabadell presentaba los resultados, sus acciones empezaron a caer, y todavía hoy mantienen una tendencia negativa. Según Oliu, "tiene que ver con la incertidumbre. Cuando los mercados reaccionan y hay algún valor que no se compra a pesar de estar barato quiere decir que hay alguna incertidumbre". Y por incertidumbre, se refiere a la jurídica, la política o la regulatoria. Que al fin y al cabo, "los que marcan el precio son los inversores".
Hemos tenido muchos momentos en el 2018 con escenarios de incertidumbre jurídica, política o regulatoria"
¿Y qué incertidumbres se ven ahora? "Sobre todo hay incertidumbres regulatorias y jurídicas. Hemos tenido muchos momentos durante el año pasado con escenarios que han estado consecuencia de incertidumbre jurídica, como la crisis catalana", explica. "O incertidumbres políticas, como las cláusulas suelo, o regulatorias, como la crisis de las hipotecas por el impuesto AJD".
Según Oliu, el gran desajuste es que "al inversor, tener que invertir en alguna cosa los rendimientos de los cuales dependen de factores políticos y económicos tan importantes acaba provocando que dejen de invertir en los bancos, porque se hace muy pesado". Al mismo tiempo, avisa de que todo el sector bancario está bajo en la bolsa "porque todavía hay riesgos". Aunque "el Sabadell tiene una valoración más baja que el resto por el tema inglés, el problema con el TSB ya está solucionado, pero el mercado todavía no lo ha percibido".
La banca de mañana, creatividad y marca propia
¿Cómo serán los bancos el día de mañana? "Ya lo veremos, pero seguramente no tendrán nada que ver. Pero eso que dicen algunos de que desaparecerán los bancos, no pasará. Lo que hace falta es buscar el modelo que más se acerque a las necesidades del cliente", ha aseverado. "Hay que adaptar su modelo de negocio en un mundo donde ha cambiado la manera de tratar los datos y la información, las formas de actuar de los clientes varían, y hay una competencia importante".
Y ya no sólo la competencia en el sector, sino de empresas tecnológicas que buscan su lugar sobre todo en ámbito pago. "Estas grandes tecnológicas están menos reguladas que nosotros, cosa que no está bien, tiene que haber fair play".
La racionalidad es muy importante pero la creatividad también. En un banco la creatividad es difícil, pero al final el dinero también es ilusión"
Oliu también ha aprovechado para enfrentarse con los reguladores: "no nos deja tener beneficios y causa otros problemas, y además es sabio, que decía a mi padre". Y un añadido, las fusiones: "En los reguladores les gustaría que se hicieran fusiones intereuropeas pero no se acaban de dar". ¿Y porque? Principalmente, por las pocas sinergias entre países y las diferencias entre legalidades, explica al banquero.
Finalmente, una última reflexión del banquero de cara la banca del futuro: "La racionalidad es muy importante pero la creatividad también. En un banco la creatividad es difícil, porque son todo números, pero al final el dinero también es ilusión".