Un tribunal del distrito de Ámsterdam ha dictaminado este lunes que los conductores que ofrecen sus servicios en Países Bajos a través de la aplicación de Uber no son “empresarios autónomos” sino “empleados” que deben estar contratados por la compañía, con sus derechos labores y pagados según el convenio colectivo de taxis.
En un caso iniciado por el sindicato FNV, el más grande del país, los jueces neerlandeses han decidido que “la relación jurídica entre Uber y estos conductores cumple con todas las características de un contrato de trabajo”, es decir empleo, salario y autoridad, y por lo tanto estos “están cubiertos por el Convenio Colectivo de Trabajo para el Transporte en Taxi” que rige en territorio neerlandés.
Según la sentencia, la aplicación Uber tiene un “efecto disciplinario e instructivo, así como un incentivo financiero” y los conductores que utilizan la aplicación “quedan sujetos al funcionamiento del algoritmo diseñado por Uber y a ser unilateralmente modificado por este”, por lo que los taxistas dependen de “la autoridad de un empleador moderno” que Uber ejerce sobre ellos a través de la aplicación.
El proceso empezó cuando el FNV acudió, a finales del año pasado, a los tribunales alegando que había “un contrato de trabajo” entre Uber y estos conductores, y que la empresa "organiza al detalle los servicios de transporte" aunque diga que “solo ofrece una plataforma donde los conductores autónomos y sus clientes se ponen en contacto”.
Aplicar el convenio colectivo
El fallo dictado hoy también significa que Uber está obligada a aplicar el convenio colectivo a los “contratos de trabajo” de estos conductores durante los periodos en los que el convenio se haya aplicado en Países Bajos como “universalmente vinculante”, lo que, en ciertos casos, significa que los taxistas “pueden reclamar un salario atrasado”.
Además, la compañía estadounidense deberá abonar a FNV una indemnización de 50.000 euros por incumplir el Convenio Colectivo de Trabajo para el Transporte en Taxi, agrega la sentencia.
El sindicato ha calificado en un comunicado el veredicto de “una gran victoria para los derechos de los conductores” que trabajan para Uber. “Esta sentencia muestra lo que hemos estado diciendo durante años: Uber es un empleador y los conductores son empleados. También es una señal para La Haya (el Gobierno central) de que este tipo de entidades son ilegales y que, por lo tanto, deben exigir el cumplimiento de la ley”, ha asegurado Zakaria Boufangacha, vicepresidente de FNV.
Además, explica que los “trabajadores autónomos reales pueden determinar su propia tarifa y determinar cómo realizan su trabajo”, pero “este no es el caso” de los conductores de Uber, porque es la empresa la que “determina la tarifa por hora, quién puede o no acceder a la aplicación, quién obtiene qué viaje y cómo se lleva a cabo”.
En una breve reacción a la sentencia, un portavoz de Uber anunció que la compañía tiene previsto apelar el fallo “por el interés de los conductores” que utilizan la aplicación. “Estamos decepcionados con esta decisión porque sabemos que la inmensa mayoría de los conductores en Países Bajos desean seguir siendo independientes. Los conductores no quieren renunciar a su libertad de elegir cuándo y dónde trabajar”, agregó.