Después de un año marcado por el aumento imparable del precio de la luz que afecta a todos los segmentos de la sociedad, desde las familias hasta las más grandes empresas, y más en medio de la crisis económica provocada por la Covid la Cambra de Comerç de Barcelona ha reclamado ponerse manos a la obra exigiendo cambios en el mecanismo de subasta de la energía que permite en las comercializadoras satisfacer horariamente la demanda energética.
En este sentido la Cambra reclama ajustar el mecanismo de subasta y distribuir las rentas que se crean entre el coste real de generar la electricidad y el precio mayorista, permitiendo de esta manera hacer frente a la pobreza energética que vive desgraciadamente la población más vulnerable. Con todo, sin embargo, es esencial seguir manteniendo un margen que incentive la implantación de energías renovables.
¿Cuál es el sistema actual?
Estos cambios se piden porque actualmente el funcionamiento de esta subasta, que ya hace años que está siendo debatido, y criticado, se basa a pagar a todos los generadores el precio de la energía más cara en que en cada momento está en funcionamiento. Eso quiere decir que se remunera con creces aquellas energías que tienen un bajo coste como la nuclear o la hidráulica, cuando entra en funcionamiento una generadora de alto coste, como por ejemplo una central térmica.
Además, con el fin de fijar el precio mayorista, se tienen en cuenta además del coste del combustible y los costes operativos, un ingrediente incorporado al principio del 2019 por la UE y subsidiariamente por el Estado que es el coste de los derechos de emisión de CO₂. Las empresas contaminantes que superan estos derechos de emisión que el Estado les ha asignado pueden compensar el exceso comprando a los diferentes operadores del mercado derechos de emisión. Por eso, cuando entra en funcionamiento una central térmica a la subasta encarece el precio de toda la energía generada, incluso de la producida por otras tecnologías que no emiten gases de efecto invernadero (GEI), ya que se le suma el importe adicional de los derechos de emisión de CO₂.
El precio seguirá aumentando
Por lo tanto, la repercusión que tiene el coste de los derechos de emisión en la factura de la luz será más fuerte año tras año, ya que el objetivo de los estados de la UE es reducir anualmente el volumen de emisiones GEI de las empresas. Por esto, el mercado de los derechos de emisión, que se regula por la ley de oferta y demanda, se hinchará y seguirá provocando un alza en la factura de la luz.
Es por este motivo que desde la Cámara se reclama que los derechos de emisión solo repercutan a las tecnologías que realmente generan GEI. Al mismo tiempo, que se revise el funcionamiento del mercado de derechos de emisión de GEI, adaptándolo a las características de un mercado parcialmente intervenido, ya que son las administraciones públicas las responsables de fijar el volumen negociable.
¿Cómo nos afecta a nuestras facturas?
Toda esta problemática sobre la fijación del precio de la luz, que responde en una cadena de valor en la cual participan varios actores y que obedece muchos factores y parece que solo afecta a las grandes corporaciones, pero también se traslada a nuestras facturas de la luz, y lo hace de esta manera:
- El primero que nos afecta es el precio de la energía. Este aparte de la factura se divide en dos partes, la primera es la potencia que nosotros contratamos. Este es un coste fijo y aumenta o disminuye en función de la potencia contratada. Al mismo tiempo, también hay un coste variable en función del consumo real que hace cada usuario, está en este caso lo que podría hacer incrementar nuestra factura en función del precio de la luz.
- En segundo lugar, los impuestos también juegan un papel importante en nuestra factura de la luz. Uno de estos impuestos es el IVA, que hasta a final de año está reducido del 21 al 10%
- En tercer lugar encontramos los costes relacionados con los peajes de las redes de transporte y distribución y con otros conceptos como por ejemplo la producción y gestión de los residuos nucleares.
- Por último tenemos las ya famosas franjas horarias, que tienen precios diferenciados con el fin de incentivar el consumo en horas valle.
Con todo eso, la Cámara considera que a la hora de definir los cargos de las facturas se tendría que hacer prevalecer el ahorro y la eficiencia de los consumidores, ya que "son decisivos a la hora de afrontar el reto del cambio climático y de responsabilidad colectiva sobre este recurso finito".
En este sentido, la entidad propone ajustar y pasar a variables en todo el posible los cargos fijos de las facturas de la luz, con el fin de incentivar el comportamiento de ahorro en los clientes y, al mismo tiempo, exige transparencia en las tasas para que se evidencie cuáles son los conceptos que incrementan la factura y con qué objetivo se hace.