Cuando acabó 2021 ya se vislumbraba que la cuestión de la inflación sería uno de los mayores problemas durante la primera mitad del año, ahora bien, nadie se esperaba la invasión de Rusia en Ucrania y la crisis energética posterior, que ha provocado que este febrero el Índice de Precios al Consumo, el IPC, se haya disparado hasta el 7,6%, la tasa más alta desde hace casi 36 años, desde febrero de 1986 no se veía una cifra tan alta. Además, con este nuevo dato, el IPC interanual ya suma su decimoquinta tasa positiva consecutiva y suma tres meses seguidos en tasas superiores al 6%, un hecho que tampoco vemos desde hace más de treinta años.
Los principales 'culpables' de esta nueva subida de los precios han sido los mismos que el mes pasado, precios de la electricidad, que disminuyeron menos que febrero de 2021; al incremento de los precios de la restauración, y al encarecimiento del gasóleo para calefacción, de los carburantes, de los automóviles, ayer por ejemplo se batió el récord histórico de la gasolina por todo el Estado, y de algunos alimentos, como legumbres y hortalizas; leche, queso y huevos, y pan y cereales.
Y es que en el último año, la calefacción, la luz y la distribución de agua se han encarecido un 51,7%; los aceites y grasas han elevado sus precios un 28,1% y el transporte es un 13,3% más caro por el coste mayor de los carburantes. Además, si no tenemos en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, medidas aplicadas por el Gobierno con el fin de intentar rebajar el precio de la luz, el IPC interanual habría alcanzado el 8,5%, casi un punto por encima de la registrada.
Con respecto a la inflación subyacente, es decir sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, la cifra es mucho más baja, de hecho menos de la mitad, y aunque la tasa creció seis décimas en febrero, creció hasta el 3%, con lo que se sitúa más de 4,5 puntos por debajo de la tasa del IPC general. Aunque la subyacente está a la mitad del índice general, esta es tasa más elevada de la subyacente desde septiembre de 2008. Si miramos la tasa con relación con el mes pasado, el IPC aumentó un 0,8% que contrasta con la bajada del 0,4% que se registró el pasado mes de enero, por|para la subida de los precios de los carburantes, de los combustibles para calefacción, de las frutas y otros productos alimenticios, y de la restauración.
La inflación crece ocho décimas en Catalunya
En Catalunya la cosa no ha ido demasiado diferente y en febrero se registró una inflación del 7,4%, un aumento de ocho décimas con respecto a enero y de un punto y medio con respecto al año pasado, que deja en Catalunya como la cuarta comunidad con la tasa interanual más baja, junto con el País Vasco, y por detrás de Ceuta y Canarias (6,8%) y Madrid (6,9%).
Por demarcaciones, todas registraron un aumento de precios respecto a enero: en Lleida subieron un 1,1%, a Girona un 0,9%, en Barcelona un 0,8% y a Tarragona un 0,5%. A escala interanual, el territorio en que más aumentaron los precios estuvo en Lleida (9,6%), seguido de Tarragona (8,3%), Barcelona (7,5%) y Girona (7,1%).