Si hablamos de empresas familiares catalanas, no podemos olvidar la histórica metalúrgica La Farga, fundada en 1808 y ubicada en Les Masies de Voltregà. Y es que con dos siglos de trabajo en la espalda, se ha consolidado como un referente en conocimiento y tecnología para la producción y reciclaje de cobre.

¿La clave del éxito? Pues que desde sus inicios como pequeña fragua ha sabido reinventarse una vez y otra.

De pequeña empresa artesanal a referente mundial

La Farga nació en plena revolución industrial, en un contexto en que la metalurgia jugaba un papel fundamental en el desarrollo económico. Entonces, la empresa trabajaba el cobre de manera artesanal, suministrando materiales para diferentes usos, especialmente para la fabricación de utensilios y estructuras metálicas.

Con el paso del tiempo, su ADN innovador les permitió evolucionar. Así, durante el siglo XX, hizo una apuesta decidida por la innovación tecnológica hasta convertirse en abanderada en producción y reciclaje de cobre. Ahora bien, a pesar de haber conseguido proyectarse por todo el mundo, continúa arraigada en el territorio e impulsando el talento local.

Pioneros en economía circular y sostenibilidad

Actualmente, La Farga es una empresa innovadora que tiene la economía circular como eje central, cosa que le permite reutilizar y reciclar cobre para reducir el impacto ambiental y minimizar la dependencia de las materias primas extraídas de la naturaleza.

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