El crecimiento económico de España empieza a desacelerarse. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado a la baja las proyecciones de crecimiento para el Estado, que este año crecerá a un ritmo del 2,6%, dos décimas por debajo de su anterior pronóstico.
Al mismo tiempo, prevé un crecimiento del 2% el próximo ejercicio, ante su anterior previsión del 2,4%, y el 1,9% en el 2020, según recoge la última edición de su informe 'Perspectivas Económicas 2018', en las que también denota un empeoramiento de sus pronósticos de déficit.
De esta manera, las nuevas previsiones de la organización internacional coinciden con las del gobierno español con respecto al 2018, aunque se muestran ligeramente menos optimistas de cara a 2019, cuando el Ejecutivo prevé una expansión del PIB del 2,3%.
Moderación de la demanda
La institución con sede en París señala que las favorables condiciones financieras, la fortaleza del empleoy algunas medidas presupuestarias, como las subidas de los salarios y las pensiones, siguen apoyando el consumo privado, mientras la inversión empresarial sigue creciendo impulsada por los bajos costes de financiación y la mejora de márgenes de beneficio.
"La demanda doméstica se moderará a medida que el ritmo de creación de empleo se modera y la tasa de ahorro de los hogares empieza a estabilizarse en las suyas bajos niveles actuales", apunta el OCDE, subrayando que la demanda doméstica seguirá siendo el principal motor de crecimiento de España, incluso después de que se hayan disipado los "vientos de cola" de los bajos precios del petróleo y menores impuestos.
Por otra parte, el OCDE ha empeorado sus proyecciones de déficit del 2,7% del PIB este año y al 1,8% en el 2019, cuando sus anteriores pronósticos apuntaban a un desequilibrio negativo del 2,4% y del 1,5% respectivamente. Asimismo, de cara al 2020, la institución prevé que el déficit de España se situará en el 1,2% del PIB.
"El Gobierno habría atenerse a los objetivos de consolidación fiscal a medio plazo para garantizar una reducción duradera de la ratio de deuda pública, y cualquier sorpresa positiva del crecimiento tendría que usar para reducir más la deuda", expone la organización.
La temporalidad, el reto del mercado laboral
Con respecto al mercado laboral español, el OCDE subraya su segmentación, con elevadas tasas de paro juvenil y de larga duración, así como de contratos temporales. "Continuar los esfuerzos por luchar contra el abuso de la contratación temporal es clave para reducir la dualidad del mercado", sostiene el OCDE, que recomienda mejorar la coordinación entre servicios sociales y de empleo para reducir el paro y las desigualdades.
En este sentido, dada la elevada proporción de puestos de trabajo temporales y a tiempo parcial, la organización espera que el crecimiento de los salarios seguirá siendo moderado, mientras la tasa de paro siga siendo alta. En sus pronósticos, el OCDE prevé que la tasa de paro de España bajará al 15,3% este año, dos décimas menos de lo que se había anticipado anteriormente, mientras que en el 2019 se situará en el 13,8% y de aquí bajará al 12, 5% en el 2020.
Por otra parte, la institución considera necesario garantizar la implementación de reformas estructurales previas para abordar la fragmentación de los mercados de productos con la finalidad de generar economías de escala.
Asimismo, el OCDE aconseja incrementar la provisión de educación para niños de 0 a 3 años con el fin de impulsar la incorporación al mercado laboral de las mujeres y mejorar la formación futura, especialmente en el caso de niños procedentes de entornos menos aventajados.