¿Cómo se te queda el cuerpo si te dicen que hasta hoy, 21 de julio, solo has pagado impuestos? Aunque no sea del todo cierto, porque evidentemente no solo has pagado impuestos, pero si cogieras todos tus ingresos del año, miraras lo que has pagado en impuestos y después hicieras el cálculo relacionándolo con los 365 días que tiene el año, verías cómo, por término medio, los catalanes trabajamos una media de 201 días el año para cumplir con nuestras obligaciones tributarias.
Este día es conocido como el día de la Liberación Fiscal, y este año, en Catalunya, se 'celebra' el 21 de julio, casi un mes más tarde de la mitad del año. Además, podemos dividir estos 201 días pagando impuestos, según ha calculado la Fundación Civismo, este año los contribuyentes catalanes hemos destinado 102 días para pagar las cotizaciones sociales, 57 en el IRPF (base general y del ahorro), 25 al IVA, 11 a impuestos especiales y 6 a otros gravámenes como el IBI, Patrimonio o Transmisiones Patrimoniales y Actas Jurídicos Documentados.
Que este día haya llegado hoy, convierte Catalunya en la comunidad autónoma con mayor presión fiscal de todo el Estado y por lo tanto los catalanes son los que más días destinamos a pagar impuestos. De hecho, somos la única autonomía que, junto con el País Valencià, ha aumentado la carga impositiva el último año 2020.
A modo de ejemplo, el Institut Ostrom recuerda que, un contribuyente soltero y sin hijos con ingresos brutos anuales de 30.000 € ya parte en desventaja con respecto a uno con las mismas condiciones que vive a Madrid, ya que solo con el IRPF ya paga 325 € más cada año. Además hay que apuntar que desde el 1 de enero de 2021, el tipo marginal máximo del IRPF en Catalunya es del 51%.
Los 24.000 euros anuales de salario medio -un coste salarial de 31.500 euros si consideramos la contribución a la Seguridad Social a cargo del empresario - se convierten en 16.000 euros netos. En otras palabras: después de aplicar los impuestos sobre las rentas del trabajo al coste salarial, un individuo en Catalunya con el salario medio solo dispone del 50% restante para el consumo o el ahorro personales.
Hacen falta reformas estructurales
Desde el Institut Ostrom, consideran que sería contraproducente alcanzar la consolidación fiscal aumentando impuestos sobre una base productiva ya muy debilitada y unas rentas familiares todavía más debilitadas por culpa de la covid y la crisis que ha provocado. Visto lo visto, el think tank catalán considera que se tendría que emprender reformas estructurales del sistema que ayuden a la competitividad y la productividad de Catalunya y su economía y, por último, creen que hay que anunciar un plan creíble de ajustes a largo plazo para amortizar el aumento de la deuda que se produzca durante los próximos meses".
En este sentido ayudaría, y mucho, que el Gobierno empezara a negociar la reforma fiscal que a principios de mes, el presidente español Pedro Sánchez volvió a retrasar hasta el año que viene, cuando el PSOE y Unidas Podemos la pactaron en enero del año pasado, para pactar su propia investidura.
Según aseguró el presidente español su hoja de ruta "es por descontado la consolidación de la recuperación económica". En este sentido, justificó no hacer la reforma fiscal porque "no abriremos a los presupuestos del 2022 una revisión del modelo fiscal que está pendiente, pero no por el año que viene, porque lo que queremos es precisamente recuperar la economía, salir de esta, superar esta pandemia, y modernizar la economía con los fondos europeos".
Desde el Institut Ostrom, también apuntan que Catalunya "corre el riesgo de que los recursos generados por las familias durante el confinamiento tengan que destinarse a pagar más impuestos en vez de contribuir mediante la inversión a una salida rápida de la crisis". En este sentido el presidente de la organización, Eric Herrera, considera que al mismo tiempo "hay que reforzar la incidencia redistributiva del gasto público, con especial énfasis en las políticas de infancia, familia, rentas y activación laboral".
En este contexto, desde el Instituto proponen varias opciones para rebajar las tasas impositivas a Catalunya como instaurar un tipo único en el tramo autonómico del IRPF, subir el mínimo exento del IRPF no sujeto a retención para las rentas bajas o eliminar el Impuesto de Patrimonio.
Al mismo tiempo, también plantean suprimir el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, eliminar las reducciones y deducciones en el IRPF y la mayoría de tipos reducidos y superreducidos del IVA, aplicar una exención del 100% en el Impuesto de Sociedades para los beneficios reinvertidos en la empresa o convertir el IBI en un Impuesto sobre el Valor del Suelo, eximiendo la inversión en estructuras residenciales y no residenciales.