Continúa la presión de Aena en el Govern de la Generalitat para ampliar el aeropuerto del Prat. El presidente de la compañía, Maurici Lucena, ha asegurado este lunes que rechazar su propuesta sería "poner un freno muy importante a la economía catalana" y ha advertido de las grandes consecuencias que eso tendría para "la competitividad, la conectividad y prosperidad" del país.
En una entrevista este lunes en Catalunya Ràdio, Lucena se ha mostrado abierto a dialogar con todas las instituciones, sindicatos y entidades que estén en contra y a mejorar o modificar su propuesta si procede.
Aena quiere una respuesta urgente
El socialista Maurici Lucena ya pidió a los agentes económicos y a las administraciones que hicieran saber antes del verano si estaban de acuerdo en ampliar 500 metros la tercera pista y la construcción de la terminal satélite. De hecho, el plazo para decidir si se quiere la ampliación del Prat acaba este mismo verano, ya que el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar las inversiones en aeropuertos en el mes de septiembre.
Estas son dos actuaciones que Lucena siempre ha vinculado para convertir el Prat en un hub internacional, ya que considera que no tiene sentido la construcción de la terminal satélite si no se amplía la tercera pista para facilitar la operativa a las grandes aeronaves. Lucena ha explicado que Aena está dispuesta a invertir 1.700 millones de euros para estas actuaciones a repartir en los años siguientes y que en caso de que se optara por no ampliar la infraestructura no se podría volver a plantear esta opción hasta la década que viene, ya que así lo marca la ley.
"Ahora es el momento. Queremos hacer el movimiento de tierras cuanto antes mejor aprovechando que ha bajado el tráfico. En 2019 el aeropuerto estuvo a punto de colapsar. Si no hacemos nada, los precios subirán", ha advertido.
De momento, ahora el Gobierno analizará la propuesta a través de una comisión de trabajo, donde estarán los dos ayuntamientos implicados —el de Barcelona y el del Prat, los dos reticentes a la ampliación—, el gobierno del Estado, Aena y las administraciones locales vinculadas a los otros dos aeropuertos catalanes —Reus y Girona. Según ha explicado Lucena, todavía no han sido convocados, pero ha asegurado que la compañía está abierta a añadir al proyecto cualquier tipo de propuesta.
El impacto medioambiental
El principal escollo son los efectos medioambientales, ya que la ampliación afectaría a una zona protegida por la UE. "Mejoraríamos la calidad del resto de entorno natural. Proponemos hacer una compensación mucho más que importante para las zonas protegidas, creando muchas más. Garantizaríamos una mejor protección de la biodiversidad y estamos comprometidos a hacerlo antes de empezar las obras", ha replicado.
Sin embargo, la luz verde final la tiene que dar la Unión Europea, pero Lucena ha confiado en que será favorable: "Si la Generalitat se opone, no podremos hacer nada. Es la institución quien tiene que iniciar los trámites medioambientales para que lo apruebe la UE. Pero si las cosas se hacen bien, nos lo aprobarán. Ya pasó con Róterdam", ha replicado.
"Si Barcelona renuncia a la ampliación del aeropuerto, el freno a la competitividad de la economía catalana será muy importante. Sobre todo si no se amplía el aeropuerto del Prat, pero sí que lo hace el de Madrid", ha concluido.