El futuro más inmediato de la fusión entre CaixaBank y Bankia no parece que dé beneficios inmediatos. La agencia de calificación de riesgo Moody's avisa de que la posible fusión no implicaría "de forma inmediata" la creación de una entidad más fuerte. En una nota publicada este lunes, la agencia crediticia apunta que las mejoras en eficiencia "tardarán un tiempo en materializarse" y que los costes de reestructuración relacionados con la operación serán "importantes". Moody's alerta de que la rentabilidad de la entidad resultante quedará tocada "desde el primer momento". "Dada la situación macroeconómica en el Estado, los riesgos son elevados", añade, aunque también apunta que ambos bancos han sabido mitigarlos viendo "su perfil de negocio" y "su experiencia en transacciones previas".
Por otra parte, Moody's también celebra que tanto CaixaBank como Bankia hayan sabido "limpiar" sus respectivos balances de créditos de dudoso cobro y de activos tóxicos durante los últimos años. De hecho, y según los últimos datos presentados por las entidades a finales del primer semestre, la ratio de morosidad de CaixaBank era del 3,5% y la de Bankia del 4,9%, unos niveles que se consideran bajos.
Los problemas de Bankia
A pesar de los buenos números que presentan las dos entidades, Moody's también destaca que hace falta tener en cuenta los múltiples conflictos judiciales que tiene abiertos Bankia para su salida a bolsa el año 2011: "La sentencia se emitirá próximamente y el resultado es incierto", comenta la agencia. Moody's prevé que esta sea la primera de una "nueva ola de consolidación" al sector bancario para hacer frente a la poca rentabilidad que han experimentado las entidades durante los últimos años.
El acuerdo de participación total está todavía en fase de finalización, pero, según la capitalización bursátil del jueves, la participación del Estado en Bankia, del 61,8%, podría caer en torno al 14% de la nueva entidad, mientras que la fundación de Caixabank, su principal accionista, tendría en torno al 30%. Poco se sabe todavía sobre cómo sería un acuerdo de fusión, pero, en cualquier caso, se espera que comporte fuertes recortes de puestos de trabajo y posiblemente inicie una nueva ola de consolidación de la industria.