Naturgy obtuvo un beneficio neto de 1.214 millones de euros el año 2021, enfrente de las pérdidas de 347 millones de euros en el ejercicio anterior, en el cual el grupo se apuntó un deterioro de 1.363 millones de euros después de una nueva revisión en la valoración de sus activos, principalmente de generación convencional en España, según ha informado la compañía. La multinacional consiguió estos beneficios, gracias fundamentalmente a las desinversiones de negocios en el extranjero, y dejó así atrás las pérdidas con las cuales cerró 2020. El beneficio neto ordinario de la energética presidida por Francisco Reynés alcanzó los 1.231 millones de euros en 2021, un 41,2% más que el año anterior.

Escenario energético volátil

El grupo ha destacado que los costes de reestructuración del plan de bajas voluntarias de empleados en España y la penalización por el cese de algunos contratos de gas en el último trimestre del año se vieron compensados por las plusvalías de la venta de CGE Chile y el acuerdo con Unión Fenosa Gas (UFG), y la reversión de la provisión del canon hidráulico 2013-2020 durante el último trimestre de 2021. La compañía ha cumplido las previsiones de EBITDA en un escenario energético volátil, marcado por la recuperación gradual de la demanda y un incremento significativo de los precios de las materias primas, tanto en electricidad como en gas, especialmente a lo largo del segundo semestre del año. Por otro lado, Naturgy ha justificado que las pérdidas registradas en 2020 se explican por el deterioro por valor de 1.363 millones que hizo en su actividad de generación convencional en España y en las actividades de gas en Argentina.

Los ingresos consiguieron los 22.140 millones de euros, un 44,3% más, y el margen ordinario los 5.579 millones, mientras que el resultado bruto de explotación fue de 3.529 millones de euros, un 2,3% más. El 'capex' total de Naturgy ascendieron a 1.484 millones de euros en 2021, un 16% más que el año anterior, debido, principalmente, a las mayores inversiones en desarrollos renovables en Australia, España y los Estados Unidos, así como por mayores inversiones en comercialización.

Reforzar la solvencia

La compañía siguió reforzando su posición financiera, así como su solvencia y liquidez. A 31 de diciembre, la deuda neta de la compañía se situó en 12. 831 millones de euros, un 6% inferior al cierre del ejercicio 2020. Las agencias de calificación han confirmado un rating BBB con perspectiva estable para la compañía. Por otra parte, el coste medio de la deuda neta se mantuvo en 2,5% y, a cierre de año, la liquidez total del grupo ascendía a 9.424 millones de euros. En materia ambiental, la compañía prosiguió con su política de incrementar la capacidad instalada y la producción libre de emisiones, un 13,8% y un 9,3% respectivamente. Asimismo, redujo de manera significativa las emisiones de Gases de Efecto de invernadero (GEI), un 12,9% menos que en 2020, a consecuencia de la nueva capacidad renovable instalada y el cierre de las plantas de generación con carbón. Por otra parte, y fruto del crecimiento de su actividad en diferentes mercados, la compañía incrementó en un 38,6% su valor económico distribuido en beneficio de las sociedades y proveedores de aquellos territorios en los cuales desarrolla su actividad.