El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha advertido de que si el mercado de trabajo se engancha a la rueda inflacionaria habría una inflación permanente y estructural, y que los riesgos están al alza: "Que al final del año la inflación acabe en el 1% lo veo muy optimista". Lo ha dicho este miércoles en una sesión del Fòrum Club Cambra de Sabadell, en la que ha compartido sus perspectivas económicas para 2022, junto al presidente de la cámara de comercio de la ciudad, Ramon Alberich. Sobre la inflación y el mercado de trabajo, Oliu ha dicho que "dependerá de los equilibrios suficientes y la mirada larga de empresarios y trabajadores" para que vayan encontrando la forma para que esta inflación no se convierte en una lacra.
Así ha valorado este fenómeno, que ha augurado como central en este año dentro del sistema económico y financiero: "Lo que no sabemos es cuánto perdurará y a dónde irá a parar esta inflación". "A donde irá a parar y cómo vendrá dependerá de lo largo que sean los choques de oferta que han provocado este incremento de precio, y en segundo lugar de la posibilidad de que se contagie o no a una espiral dentro del mercado de trabajo", ha añadido. Ha explicado que buena parte de los causantes de la inflación son de naturaleza transitoria, como los efectos base de comparación y la demanda embalsada, pero que hay otras disrupciones por el covid-19 que aumentan costes, como los cuellos de botella y el cambio de preferencias de consumo, además de factores más estructurales como la transición energética.
Cambio de paradigma
Sin embargo, el directivo se ha declarado optimista, por lo menos más que hace dos años, cuando ha asegurado que la incertidumbre dominaba, y ha dicho que ahora las incertidumbres son diferentes y que 2022 es un año "muy interesante" de cambio de paradigma. "Estamos ante un nuevo paradigma. El cambio en el paradigma inflacionario crea la necesidad de un giro de la política de los bancos centrales y del sistema monetario internacional, todo esto pasa en un contexto en que mercados han vivido un año positivo", ha razonado. Ha destacado como principales hitos de 2021 los avances en la vacunación, las nuevas variantes de coronavirus, la reapertura económica, la elevada inflación, el giro de los bancos centrales y el contexto positivo del mercado.
Oliu también ha considerado que la inflación obliga a salir de la actual política monetaria heterodoxa, en la que ha advertido de una vez se está ahí es difícil salir, y ha dicho que habrá que ver cómo se volverá a una política normal, hasta ahora marcada por compras sistemáticas por parte de los bancos centrales para inyectar liquidez. "Lo que determina ahora las decisiones de los bancos centrales es esta inflación. Las reacciones no son iguales entre los bancos centrales", ha advertido, y ha recordado que el Banco Central Europeo (BCE) pondrá fin en el primer trimestre al programa de compras, pero aumentará un programa previo de compra de activos. Para Oliu, la gran duda es cuál será la velocidad de retorno a la política ordinaria sin disparar la inflación y generar problemas de estabilidad financiera: "Subidas lentas y progresivas del QE es deseable" para que no impacte negativamente en la actividad, la seguridad financiera ni en los bancos.
Posibles desequilibrios
El presidente del Sabadell ha defendido que la vacunación ha permitido reducir el número de casos graves y ha sostenido que conviene esperar que el Covid-19 continúe perdiendo la centralidad como condicionante de la actividad económica y de los mercados, pero ha advertido de "posibles desequilibrios" ante la diferencia de vacunación entre las economías más desarrolladas y aquellas con menor renta. A nivel global, ha sostenido que en 2022 las perspectivas económicas son positivas, ya que se esperan crecimientos "sólidos", sin que los PIB potenciales se hayan deteriorado, aunque ha advertido que persisten algunos riesgos a la baja, con China como foco de atención. Entre los desequilibrios, en España ha advertido de aquellos entre los sectores económicos por el impacto desigual de la pandemia, ya que mientras la mayoría de sectores han recuperado el nivel de facturación prepandemia, algunos aún están lejos: "Las dinámicas sectoriales continuarán siendo heterogéneas".
Ha recordado que en 2021 la economía española creció un poco menos de lo previsto, sobre todo por el efecto ómicron del último trimestre, con un diciembre flojo, pero ha sostenido que los niveles de PIB están muy cerca de lo que era antes de 2019. Cree que todos los programas y moratorias durante la pandemia han sido una subvención al sector privado que ha evitado mermas estructurales, aunque ha sostenido que el coste y la deuda han quedado allí: "Será fruto de deudas en el futuro". También ha apuntado que los precios del mercado inmobiliario suben poco, por lo que ve que la dinámica es positiva, ya que "no hay precios sobrecargados, no están al nivel que toca", y destacado el reto de absorción de fondos europeos.
Sobre el sector bancario, ha sostenido que se ha recuperado tras la pandemia, ya que los bancos han reforzado su solvencia y liquidez, y la mora no se ha comportado como en periodos anteriores gracias a la política monetaria. Por ello, considera que la mora permanecerá controlada ante las perspectivas económicas favorables y la solidez del balance del sector privado, mientras que el ritmo de provisiones continuará moderándose. En cuanto a Banco Sabadell, ha dicho que la actividad de 2021 se mantuvo fuerte, en el que recuperó la rentabilidad y generó valor para sus accionistas, tras cerrar con un beneficio neto de 530 millones, una generación de capital positiva (12,8%) y un Rote del 5%. Sobre el banco, ha dicho que se basa en los conceptos de visión, misión y camino, y que es un elemento diferencial dentro de la oferta bancaria en España: "El enfoque del Banco Sabadell es diferente. Es un banco que se pone manos a la obra, tranquilo y modesto. Si no existiera Banco Sabadell habría que inventarlo".