Último coloquio del Ágora El Nacional con suscriptores del Club de la temporada. Esta vez, los socios del diario han podido trasladar al catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Pompeu Fabra y decano de la Barcelona School of Management, el economista Oriol Amat, sus preguntas sobre la incierta crisis derivada de la pandemia. Amat es, seguramente, de los economistas catalanes más optimistas y se aplica uno de sus lemas: "La vida es como te la tomas". Él considera que siempre se puede sacar un aprendizaje de las cosas y ve l'Ampolla medio llena, motivo por el cual este es el título de su nuevo libro, que presentó el jueves al coloquio.
El libro La botella medio llena. Aprender de las crisis y de los que lo hacen mejor (Pòrtic) es la visión positiva de un economista a la hora de analizar una crisis. Amat se centra al analizar los países y los gobiernos que "lo han hecho mejor" para sacar un aprendizaje, porque según él, "en las crisis noto que hay un exceso de pesimismo, y eso nunca es bueno", asegura. "La crisis del 2008 vino por una burbuja provocada por un exceso de euforia y que, al golpear, hizo que fuéramos hacia el lado contraria: un pesimismo radical".
La clave de la mejora
En su coloquio, Amat explica que una de las claves para aprender de las crisis es analizar porque en unos les va mejor y a otros peor. Según él, en este análisis hay tres ámbitos: el de las personas -que sería como uno se toma la vida y qué prioridades y decisiones toma-, el de las empresas y el de los países.
En el ámbito de la persona, "Kahneman decía que los optimistas nos equivocamos más pero la vida nos va mejor, y que a las personas humildes también les va mejor. Eso es reconocer que no lo sabes todo, aporta más capacidad para entender la perspectiva de los otros", a la vez que destaca la concentración. "En medio de las crisis siempre observo que mucha gente se desconcentra, pierde el foco".
Seguidamente viene el ámbito de la empresa. Amat recuerda que "durante la crisis del 2008 en Catalunya desaparecieron unas 200.000 empresas, y case todas las que cerraron tenían una característica: antes del 2008 estaban muy endeudadas y habían arriesgado mucho", lección para aprender. Según él, ahora no será tanto eso sino que muchas de las que cerrarán "será más por la incapacidad de adaptarse a la revolución 4.0". Por lo tanto, según el catedrático habría que invertir más en nuevas tecnologías e innovación para adaptar el tejido empresarial catalán a la realidad tecnológica.
Finalmente, los países. "Hace 50 años, Venezuela era el segundo país más rico del mundo. Poco antes, Finlandia, cuando todavía formaba parte de Rusia, era una de las regiones más pobres del planeta. Ahora resulta que Finlandia es de los países que produce más riqueza, y Venezuela ya sabemos cómo está". Ante este ejemplo, el economista se pregunta: ¿"Qué ha provocado que en Finlandia le haya ido mejor y a Venezuela tan mal"?
Amat explica que muy a menudo, "los países que les va mejor son países que apuestan mucho por la educación. Finlandia, por ejemplo, tiene una ley de educación muy consensuada que por mucho que cambie el gobierno, la ley esta no cambia". También ayuda a una buena administración pública y una burocracia fácil: "en lugares como España y Catalunya tenemos una burocracia muy pesada y eso es un problema". Otro hecho a destacar sería la colaboración públicoprivada, cosa que en el estado español hay mucho poca.
Fortalezas y debilidades
Ahora bien, Amat, optimista como es, le gusta recordar que la economía catalana tiene grandes fortalezas: "la cultura, gastronomía, calidad de vida, clima, localización, una gran atracción por el capital extranjero...", pero recuerda también que Catalunya tiene una debilidad muy fuerte: "cada año invertimos menos en innovación". ¿"Cómo queremos hacer frente a la revolución 4.0 si nuestras empresas cada vez invierten menos en R+D"?
Con todo, Amat considera que delante de estos aprendizaje se pueden encontrar soluciones y el camino hacia la recuperación, que pasaría por una actitud proactiva, gobiernos dispuestos y con una burocracia fácil, empresas adaptadas a las nuevas tecnologías, inversión en innovación y voluntad de mirar hacia el mundo.
De todos modos, el catedrático considera que ha habido cosas que "se han hecho mejor que en el 2008, como los ERTE "que después se gestionaron mal porque todavía hay gente que no ha cobrado, pero fue una respuesta muy rápida que salvó muchas empresas a corto plazo". Finalmente, Oriol Amat asevera que "de la crisis es importante recordar que todas las crisis se acaban, no durará siempre, y hay aprendizajes a hacer". Lecciones y reflexiones siempre con la botella medio llena.
Hacerse miembro del Club es muy sencillo
Nuestro club de suscriptores es un lugar de confluencia de todos aquellos que confían en nosotros, nos estimulan con sus elogios y las suyas críticas y con quienes compartimos una visión de Catalunya. Si queréis ser miembros o sencillamente ayudarnos a seguir siendo el medio digital de referencia a Catalunya aportando un donativo, pues sólo tenéis que cliquear aquí y empezar a formar parte de nuestra familia.