El Parlamento letón ha aprobado este jueves la Ley de Energía del país báltico con el fin de prohibir las entregas de gas natural de Rusia a partir del 1 de enero de 2023. La prohibición en cuestión convierte oficialmente en ley la política gubernamental adoptada a principios de este año después de la invasión rusa de Ucrania y el aumento de las sanciones de la Unión Europea (UE) en Moscú. En estos meses, Letonia y los otros países bálticos han estado trabajando para asegurar fuentes de gas diferentes a Rusia, principalmente consisten en gas natural licuado (GNL) proveniente de Noruega y de los Estados Unidos.
Para hacerlo posible, la red de gasoductos y almacenaje de gas "Conexus Baltic Grid", con instalaciones subterráneas de almacenaje de gas a Incukalns (Letonia), se ha conectado a la red de gasoductos de Polonia y espera añadir una terminal de GNL a Estonia el próximo otoño. En la actualidad, el GNL destinado a la red del báltico y al almacenaje en la instalación letona se descarga y gasifica en Klaipeda (Lituania), donde se construyó una terminal mucho antes de la invasión de Ucrania y el aumento de las tensiones con Rusia, incluidas las amenazas de Moscú de cortar el suministro de gas.
Eesti Gaas, la empresa privada de gas natural y energía de Estonia, anunció recientemente la firma de un acuerdo con el grupo energético noruego Equinor para la compra de 2 TWh (teravatios hora) de GNL con el fin de garantizar un suministro suficiente para la temporada de calefacción en invierno. Según los medios de comunicación locales, el acuerdo, que prevé entregas a través de la terminal de GNL de Klaipeda a en octubre y noviembre, asciende a unos 300 millones de euros. A medio plazo, Letonia busca construir una instalación terrestre de GNL en Riga o en la costa del Báltico en el norte de la capital, con fácil acceso a la instalación de almacenaje de gas de Incukalns.
Paro del Norte Stream
Esta no ha sido la única noticia en torno al gas ruso, y es que este lunes se supo que el gasoducto ruso Nord Stream 1 ha suspendido el suministro de gas hasta el próximo 21 de julio por "mantenimiento", según ha informado la operadora de la infraestructura Nord Stream AG. Lo para de esta infraestructura, que une Rusia y Alemania por el mar Báltico, supone que el segundo dejará de recibir una gran cantidad de gas natural y podría suponer una situación de emergencia grave a escala energética. Hay que apuntar, además, que desde el mes de junio pasado el gasoducto solo opera al 40% de su capacidad, ya que, según Rusia, Canadá no ha devuelto unas turbinas que se encontraban en reparación y que se precisan para el bombeo del combustible, una maniobra que sería consecuencia de las sanciones que pesan sobre Moscú por la invasión de Ucrania. Ahora bien, Canadá ya ha accedido a enviar a Alemania una de las turbinas que se encontraba en reparación para no tener que entregarla directamente a Gazprom y no violar así las sanciones impuestas.