Foment Comerç y PIMEComerç han pedido este viernes en un comunicado que el comercio no esencial pueda abrir los fines de semana a partir del 15 de marzo, momento en que entrarán en vigor las nuevas medidas del Govern. Según las últimas medidas establecidas por el Procicat, el comercio no esencial sólo puede abrir de lunes a viernes.
Las patronales defienden que el control de la interacción social para evitar contagios por la Covid tiene que poder hacerse "sin afectar nuevamente al comercio, el cual es un sector seguro y que solo pide, legítimamente, poder seguir trabajando." Según Foment Comerç y PIMEComerç, el comercio no esencial acumula un cierre "excesivo" de los fines de semana, momento en que más ventas se producen y que pone en riesgo su continuidad.
De igual manera, las patronales opinan que el confinamiento comarcal afecta la llegada de clientes de comarcas limítrofes. "Así, se hace evidente el agravio comparativo entre comarcas más o menos pobladas, más o menos dependientes del turismo y con más o menos facilidad de abastecimiento", han expuesto a ambas patronales en un comunicado.
Reclamo de nuevas medidas
Según las patronales, los comerciantes reclaman que se permita la apertura comercial en aquellas zonas donde sea viable, sobre todo en "aquellas localidades costeras o de interior que dependen esencialmente del consumo que realizan los visitantes".
Además, las patronales han hecho valer las medidas de contención que han tomado los comercios para evitar los contagios. Por este motivo, reclaman al Procicat que se permita la apertura de todo el comercio no esencial durante los fines de semana y se eliminen las restricciones de limitación de superficie vigentes en las tiendas.
Situación epidemiológica
Los indicadores de la Covid se encuentran estables, casi ya no bajan, pero están estancados y no muestran variaciones. En los últimos datos publicados por el Departament de Salut destaca la subida de pacientes ingresados en las UCI, que podrían marcar un cambio de tendencia.
Las autoridades sanitarias ahora buscan bajar la presión hospitalaria a fin de que, en caso de rebrote, no se produzca un colapso del sistema sanitario.